Mitt Romney depositó su voto en los comicios presidenciales ayer, antes de realizar los actos que marcarán el cierre de su campaña. Después de todos los vuelos, discursos, debates, apretones de manos, muestras de respaldo, gestos y sonrisas, llegó el momento de que Romney votó y realizó los últimos mitines de su campaña, en Ohio y Pensilvania.
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Mitt Romney depositó su voto en los comicios presidenciales ayer, antes de realizar los actos que marcarán el cierre de su campaña. Después de todos los vuelos, discursos, debates, apretones de manos, muestras de respaldo, gestos y sonrisas, llegó el momento de que Romney votó y realizó los últimos mitines de su campaña, en Ohio y Pensilvania.
Después, miró el desarrollo de la jornada electoral hasta que llegó la hora del conteo de votos, en el que esperaba salir triunfador.
Su esposa Ann lo acompañó por la mañana, cuando ambos depositaron sus papeletas cerca de su casa en Belmont, Massachusetts, poco antes de las 9. El aspirante republicano volvió a Boston anoche, donde ofreció una recepción a su gente en el Centro de Convenciones.
Romney explicó que siguió con su campaña hasta en la jornada de votación porque no podría imaginarse haber pasado el día “sentado” y que las elecciones se definan finalmente “por unos pocos cientos de votos”.
“No puedo imaginar ganar o perder la elección por unos pocos cientos de votos y haber pasado el día sentado”, afirmó Romney en una entrevista con una emisora local de Richmond, la capital del estado clave de Virginia.
“Quiero decir, te dices a ti mismo: ¿Por qué no seguir trabajando?”, agregó el exgobernador.
En un principio estaba previsto que Romney culminara su campaña el lunes por la noche con el mitin que ofreció en Manchester (Nuevo Hampshire), pero a última hora su equipo anunció que ayer visitaría Cleveland, en Ohio y Pittsburgh, en Pensilvania.
Se trató de visitas informales a estados decisivos en los que Romney aprovechó para agradecer a los voluntarios el esfuerzo que hicieron para animar a los ciudadanos a votar.