Decenas de vecinos, transeúntes y curiosos, se arrinconaron ayer a la mañana en la esquina de los pasajes Bedoya y Limache, a metros del Centro Cívico Municipal ubicado en el macrocentro capitalino, para observar con cierto temor e incertidumbre el esqueleto humano que colgaba de un alumbrado público.
Horas después, aproximadamente a las 11.30, el personal de Bomberos de la Policía e integrantes del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), logró descender el mismo y las hipótesis no tardaron en aparecer.
Mientras un grupo de vecinos aseguró que se trataba de un acto satánico, otros pobladores sospecharon que la estructura de huesos era de alguna persona desaparecida, aunque otros indicaron que podría tratarse de un mensaje mafioso.
Sin embargo, un grupo antagónico de jóvenes identificado como “La banda de Lola Mora”, residentes del lugar ubicado en el barrio Vélez Sarsfield se adjudicó la autoría del hecho “para venerar a San La Muerte”.
En diálogo con El Tribuno, el comisario principal Bernabé Alfredo Alvarez explicó: “Recibimos un llamado sobre la presencia de un esqueleto en un poste que se encuentra a metros del puente Vélez Sarsfield y al llegar corroboramos de que se trataban de restos óseos sujetados a un caño metálico y unidos con alambre”.
“Ahora -agregó- el CIF realizará un estudio para determinar de que se trata”.
Finalmente, la estructura fue retirada del lugar y trasladada al edificio del Ministerio Público, ubicado en Ciudad Judicial.
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Decenas de vecinos, transeúntes y curiosos, se arrinconaron ayer a la mañana en la esquina de los pasajes Bedoya y Limache, a metros del Centro Cívico Municipal ubicado en el macrocentro capitalino, para observar con cierto temor e incertidumbre el esqueleto humano que colgaba de un alumbrado público.
Horas después, aproximadamente a las 11.30, el personal de Bomberos de la Policía e integrantes del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), logró descender el mismo y las hipótesis no tardaron en aparecer.
Mientras un grupo de vecinos aseguró que se trataba de un acto satánico, otros pobladores sospecharon que la estructura de huesos era de alguna persona desaparecida, aunque otros indicaron que podría tratarse de un mensaje mafioso.
Sin embargo, un grupo antagónico de jóvenes identificado como “La banda de Lola Mora”, residentes del lugar ubicado en el barrio Vélez Sarsfield se adjudicó la autoría del hecho “para venerar a San La Muerte”.
En diálogo con El Tribuno, el comisario principal Bernabé Alfredo Alvarez explicó: “Recibimos un llamado sobre la presencia de un esqueleto en un poste que se encuentra a metros del puente Vélez Sarsfield y al llegar corroboramos de que se trataban de restos óseos sujetados a un caño metálico y unidos con alambre”.
“Ahora -agregó- el CIF realizará un estudio para determinar de que se trata”.
Finalmente, la estructura fue retirada del lugar y trasladada al edificio del Ministerio Público, ubicado en Ciudad Judicial.
No se descarta nada
Fuentes extraoficiales aseguraron a este matutino que se sospecha que el esqueleto fue robado de algún establecimiento educativo para fines didácticos, aunque no descartan que se trate de alguna persona que se encontraba desaparecida.
“Queríamos hacer un santuario”
Un grupo de jóvenes, en su mayoría adolescentes y confesos adictos a las drogas, identificado como “La banda de Lola Mora” se adjudicó la autoría del hecho: “Nosotros sacamos el esqueleto de un edificio abandonado pero no quisimos llamar la atención. En realidad, nuestra idea era hacer un santuario porque somos devotos de San La Muerte, porque él nos trae drogas y nos ayuda a robar”, dijeron.
En diálogo con El Tribuno, los adolescentes prefirieron no ser reconocidos “para no tener problemas con la Policía” y por ese motivo decidieron tapar sus rostros.
“La gente inventa muchas cosas porque les molesta que robemos y nos droguemos, pero más allá de eso, nosotros no quisimos llamar la atención de nadie ni tampoco dar un mensaje mafioso, solo trasladamos ese esqueleto que encontramos en un edificio abandonado y lo trajimos hasta la esquina donde paramos todas las noches”.
“Estabamos tratando de conseguirle un gorrito de navidad y ponerle una capa, pero ahora que denunciaron el hecho, San La Muerte se va a enojar con nosotros así que ahora vamos a reunirnos y fabricaremos alguno parecido para instalarlo ahí”, agregaron.
El edificio abandonado donde supuestamente se encontraba la estructura, era -según vecinos- un establecimiento educativo para personas con capacidades diferentes que jamás fue terminado.
Hoy, ese lugar, ubicado en la calle Coronel Vidt casi esquina General Paz, a 200 metros del lugar donde estaba colgado el esqueleto, se convirtió en un baldío y es el refugio de algunos adictos de la zona.