¿Qué pasó con los fondos de los jubilados? Esta pregunta se hacen todos y quieren saber si es cierto que no hay plata para pagar los juicios y si, como dice el gobierno, no se podrá afrontar a futuro el pago mensual de las jubilaciones si se actualizaran las mismas por el caso Badaro.
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¿Qué pasó con los fondos de los jubilados? Esta pregunta se hacen todos y quieren saber si es cierto que no hay plata para pagar los juicios y si, como dice el gobierno, no se podrá afrontar a futuro el pago mensual de las jubilaciones si se actualizaran las mismas por el caso Badaro.
Cuando hay que pagar una deuda a los jubilados se dice que no hay plata, sin embargo cuando el Gobierno quiere implementar cualquier política social recurre a la plata de los fondos de los jubilados como si fueran infinitos.
La verdad es que los jubilados no son ni caranchos, ni incluidos. Son argentinos que en su vida activa ahorraron parte de sus salarios y, junto a las contribuciones de los empleadores, entregaron este ahorro al Estado a través de sus aportes previsionales, confiando que al momento de su retiro se les iba a devolver el ahorro por medio de una jubilación.
Son innumerables los problemas que soportó el sistema jubilatorio argentino desde hace más de 30 años, como la falta de seguridad jurídica, los constantes cambios en la ley de jubilaciones, la alta inflación durante varios periodos, alto grado de litigiosidad, la falta de una política de decisiones que, si bien apuntan a la “Inclusión”, resultan en un tiro de gracia al sistema previsional contributivo. Pero sin duda, el mayor problema fue la improvisación de los distintos gobiernos y la falta de una política de estado en materia de seguridad social.
Lo que compromete el futuro de las jubilaciones de las generaciones venideras fue la incorporación en 2005 de 2.700.000 beneficiarios que nunca aportaron (“jubilaciones de ama de casa”) y que hoy están dentro del mismo sistema contributivo que sostienen los actuales trabajadores activos. Lograron así que los jubilados que había en el país hasta 2005 pasen de 3.200.000 a casi 6 millones hoy. Que quede claro que no se critica la decisión de incluir a las personas mayores, que no teniendo otros ingresos, habían quedado excluidas del sistema previsional contributivo. Lo aclaro porque la diferencia entre el sistema de pensiones y el de jubilaciones es sustancial, ya que previo a acceder a una pensión asistencial aparte de acreditar la edad, se debe probar que el individuo no tiene otras fuentes de ingresos y que se encuentra desprotegida socialmente. En cambio, con “las jubilaciones de ama de casa”, al sistema jubilatorio ingresaron un gran porcentaje de personas que teniendo otros ingresos, accedieron a la jubilación sin aportes.
Orígenes de los juicios
Los jubilados se vieron obligados a iniciar juicios de reajuste de sus haberes por los reiterados incumplimientos a las leyes previsionales. La caída del poder adquisitivo de los jubilados en los últimos 30 años fue muy importante, llegando en muchos casos a una perdida de 100% de sus ingresos, recordemos que solo en el periodo desde el 2002 al 2006 la perdida fue casi el 70 % por efecto del caso “Badaro” fallado por la Corte a mediado del 2007. Viene bien recordar que los juicios no comenzaron cuando se eliminaron las AFJPs, sino que se remontan a los años 80. Todos los argentinos tenemos la obligación de buscar una solución con la deuda interna que tenemos con los jubilados y si el gobierno no tiene los fondos para cancelar todos los juicios, se deben buscar los fondos para cancelar esta deuda dando prioridad los jubilados de edad muy avanzada o con enfermedades graves. Por lo general los jubilados no son personas que buscan pleitos por deporte o porque quieran quedarse con algo que no les corresponde, solo buscan vivir dignamente y no tener que depender de sus hijos para poder subsistir. Recurren a los juicios cuando no le damos otra salida.