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Trimarco denunció a las ?mafias? de Tucumán

Jueves, 16 de febrero de 2012 10:25

Firme, como en los últimos 10 años en los que busca saber cuál fue el destino de su hija, Susana Trimarco aseguró ayer: “No le tengo miedo a las mafias”. Con la pérdida de Marita Verón, su madre asegura que perdió todo. Pese a ello, sigue adelante cuidando a su nieta y siguiendo las huellas que dejaron quienes la raptaron para introducirla en el mundo de la prostitución. Ayer fue su turno para declarar en el juicio que se lleva adelante por la desaparición de Marita de los Angeles Verón y que sacó a la luz la red de trata de blancas en todo el norte del país, sus nexos con los grupos de poder y que, además, fue el motor para la legislación de una norma contra la trata de personas.

Susana Trimarco denunció a las “mafias” que operan en Tucumán.

“Como estúpida iba a la Casa de Gobierno. Digo estúpida porque la mafia estaba ahí”, sostuvo Trimarco.
La mujer miró de frente a los acusados y les advirtió: “No le tengo miedo a estas mafias”.
“El problema es que Marita no está, lo demás es todo un circo”, enfatizó Trimarco durante la primera parte de su declaración testimonial, que continuará hoy a las 8.30.

Asimismo, dijo que cuando inició la búsqueda de su hija en abril de 2002 se reunió con Julio Díaz, subsecretario de Seguridad del gobierno del peronista Julio Miranda, quien le recomendó que pidiera ayuda en la remisería Cinco Estrellas, propiedad de una de las imputadas, porque “tenían más autos y mejores armas que la policía” de la provincia.

La remisería pertenece a María Jesús Rivero, quien fue acusada como posible autora intelectual del secuestro de Verón y fue esposa del expresidente del Club San Martín de Tucumán, Rubén “La Chancha” Ale, ahora detenido por el robo de un cargamento de soja. Uno de los momentos de tensión en la audiencia se produjo cuando los imputados José y Gonzalo Gómez, hermanos, le gritaron “no tenemos nada que ver” y la mujer les respondió que no les temía.

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Firme, como en los últimos 10 años en los que busca saber cuál fue el destino de su hija, Susana Trimarco aseguró ayer: “No le tengo miedo a las mafias”. Con la pérdida de Marita Verón, su madre asegura que perdió todo. Pese a ello, sigue adelante cuidando a su nieta y siguiendo las huellas que dejaron quienes la raptaron para introducirla en el mundo de la prostitución. Ayer fue su turno para declarar en el juicio que se lleva adelante por la desaparición de Marita de los Angeles Verón y que sacó a la luz la red de trata de blancas en todo el norte del país, sus nexos con los grupos de poder y que, además, fue el motor para la legislación de una norma contra la trata de personas.

Susana Trimarco denunció a las “mafias” que operan en Tucumán.

“Como estúpida iba a la Casa de Gobierno. Digo estúpida porque la mafia estaba ahí”, sostuvo Trimarco.
La mujer miró de frente a los acusados y les advirtió: “No le tengo miedo a estas mafias”.
“El problema es que Marita no está, lo demás es todo un circo”, enfatizó Trimarco durante la primera parte de su declaración testimonial, que continuará hoy a las 8.30.

Asimismo, dijo que cuando inició la búsqueda de su hija en abril de 2002 se reunió con Julio Díaz, subsecretario de Seguridad del gobierno del peronista Julio Miranda, quien le recomendó que pidiera ayuda en la remisería Cinco Estrellas, propiedad de una de las imputadas, porque “tenían más autos y mejores armas que la policía” de la provincia.

La remisería pertenece a María Jesús Rivero, quien fue acusada como posible autora intelectual del secuestro de Verón y fue esposa del expresidente del Club San Martín de Tucumán, Rubén “La Chancha” Ale, ahora detenido por el robo de un cargamento de soja. Uno de los momentos de tensión en la audiencia se produjo cuando los imputados José y Gonzalo Gómez, hermanos, le gritaron “no tenemos nada que ver” y la mujer les respondió que no les temía.

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