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?Negar la importación nos aparta del mundo actual?

Sabado, 25 de febrero de 2012 21:39

El también expresidente del Centro Interamericano de Administradores Tributarios dialogó con El Tribuno y resaltó que “existe un potencial riesgo de desabastecimiento en artículos clave como los medicamentos, que, en mayor o menor medida, incluyen componentes importados”. Además alertó sobre las “propinitas” que ya comenzarán a correr para poder ingresar productos al país.

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El también expresidente del Centro Interamericano de Administradores Tributarios dialogó con El Tribuno y resaltó que “existe un potencial riesgo de desabastecimiento en artículos clave como los medicamentos, que, en mayor o menor medida, incluyen componentes importados”. Además alertó sobre las “propinitas” que ya comenzarán a correr para poder ingresar productos al país.

Hay mucha inquietud por las trabas a las importaciones, ¿cómo ve usted esta situación?

El Gobierno busca aumentar el nivel de actividad económica y promover el empleo no solo a través del cierre de las importaciones, sino también de contribuir al balance de divisas. Hubo una fuga de capitales muy importante que ha impactado en las reservas del Banco Central (que ahora está en US$ 46 mil millones) y el objetivo del Gobierno es cumplir con las obligaciones que tiene pendiente, como el pago de bonos soberanos, que vence este año. Entonces este objetivo empieza a chocar con otros. El principal es el de mantener el nivel de actividad económica e impedir la salida de divisas. Digamos que son contrapuestos porque no hay, en la economía, ningún sector, salvo el de los servicios, que tenga que ver con la producción de bienes, que no tenga un componente importado.

Pasa en casi todos los productos...

Claro, un ejemplo evidente es el de las autopartes o lo que tiene que ver con el sector agropecuario (fertilizantes, herbicidas, productos para veterinaria, etc.). Cuando se empieza a desarrollar lo que se llama la matriz de insumo-producto se da cuenta que existen en la producción global del país cierto porcentaje de lo que llamamos coeficientes técnicos importados, sean bienes finales, intermedios o bienes de consumo, el riesgo de que las trabas a las importaciones afecten los productos comienza a ser notorio.

No se puede ignorar la presencia de elementos o partes importados...

Exacto, por ejemplo si se necesita una maquinaria para seguir produciendo y en el país no se fabrica o no existe, usted la tiene que comprar. Si no se la dejan comprar, porque no hay divisas, usted no puede renovar el parque de maquinaria necesaria para seguir produciendo.

¿Pero cómo se transita en este escenario de incertidumbres?

Y bueno, en medio de este conflicto entre pago de divisas y nivel de actividad económica interna, hay otro conflicto que se va a presentar inexorablemente con los países que le venden a la Argentina. Y es que cuando Argentina compra al exterior le compra a países que a su vez le compran también a la Argentina. Por ejemplo, si se dejan de importar productos farmaceúticos de Suiza, los suizos van a responder de alguna manera, por ejemplo no comprando algunos productos que antes nos compraban a nosotros como los lácteos. Lo mismo pasa con China, con Brasil, con Uruguay, Chile y con muchos otros países que de alguna manera son socios comerciales de la Argentina.

¿Ya se nota esta situación?

Por supuesto. Ya se están registrando este tipo de repercusiones por parte de los países que se ven afectados. Así que este es un programa que en el muy corto plazo dio efectos positivos, porque impidió que las empresas giraran dividendos al exterior y, por otra parte, impide el pago de regalías y derechos por el uso de patentes. Este movimiento financiero lo que trajo también es la relación de Argentina frente al resto del mundo en el mercado financiero. Naturalmente esta falta de confianza en la Argentina hace que los que quieren entrar no entren y los que quieren salir quieran salir más rápido.

Pero este enfoque está un tanto obsoleto...

Sí. Esta visión de política económica ya no se usa en ninguna parte del mundo. Lo que se utiliza es el multilateralismo, si queremos que nos compren tenemos que comprar. Supongamos que el Gobierno hizo esto para mejorar los niveles de empleo. Si yo no compro un producto importado las fábricas argentinas tienen que producirlo y, entonces, se emplea mano de obra. ­Eso es falso!, porque cualquier producto importado que Argentina no esté produciendo se va a producir a un costo mucho mayor que el de la importación con lo cual el que va a pagar la diferencia finalmente será el consumidor .

¿Ya hay algunos problemas de desabastecimiento a causa de las trabas a la importación?

Sí, incluso en algunos casos muy sensibles como por ejemplo el de los medicamentos. Hay ciertos medicamentos como el caso del famoso Rivotril que se fabrica con una droga importada. Ese producto seguramente va a faltar. Habría también algún sustituto, pero ese sustituto también va a tener componentes importados y seguramente también a la larga va a faltar. Puede que no haya desabastecimiento de producto, pero el que lo tiene va a especular con su falta y va a cobrar un mayor precio

Un deporte muy argentino...

Claro. Y en el caso de aquellos que no lo tienen, como se están exigiendo permisos previos y documentaciones que justifiquen la necesidad de ese producto y si se tienen las divisas para pagarlos y demás, se abren muchas ventanillas que dan lugar a la corrupción. Algunos pagando una “propinita” van a conseguir permisos mucho más rápido que otros. Así seguramente se van a aprovechar algunos vivos.

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