De antemano se esperaban definiciones “picantes” sobre el tema YPF por parte de la Presidenta. Economistas, empresarios y periodistas daban por seguro algún pronunciamiento que seguramente rozaría la posible reestatización de la petrolera en medio las negociaciones del Gobierno español para intentar frenar un avance del Ejecutivo nacional en YPF. Sin embargo, la mandataria solo se limitó a hacer una defensa de los intereses argentinos en la petrolera exestatal.
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De antemano se esperaban definiciones “picantes” sobre el tema YPF por parte de la Presidenta. Economistas, empresarios y periodistas daban por seguro algún pronunciamiento que seguramente rozaría la posible reestatización de la petrolera en medio las negociaciones del Gobierno español para intentar frenar un avance del Ejecutivo nacional en YPF. Sin embargo, la mandataria solo se limitó a hacer una defensa de los intereses argentinos en la petrolera exestatal.
Lo cierto es que Cristina Fernández advirtió ayer, en su discurso de apertura del período legislativo, que usará “todas las herramientas” legales posibles para asegurar el abastecimiento de combustibles a precios “competitivos”, a la vez que cuestionó la “drástica caída” en la producción de crudo por parte de YPF. La declaración, en los hechos, fue una admisión de la crisis energética que padece el país, ya que desde 1999 se precipitó sin límites la producción.
Al abrir el 130 período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, la mandataria responsabilizó a la petrolera por el aumento de la importación de crudo y combustible y la consecuente reducción del saldo favorable en la balanza comercial del país.
“Vamos a tomar como Poder Ejecutivo todas las medidas para asegurar el abastecimiento. Estoy hablando de asegurarle también competitividad a la economía en cuanto a los costos de producción”, dijo la jefa de Estado en su maratónico discurso de ayer en el Congreso.
Cristina apuntó, además, contra la empresa administrada por el grupo español Repsol y por el holding argentino de la familia Eskenazi.
La jefa de Estado señaló que asegurar el abastecimiento de combustibles en el país es una “cuestión de defensa del interés de los argentinos”, por lo que su administración va a “utilizar todas las armas que da la Constitución nacional”.
Añadió que uno de los temas de los que deberá ocuparse el Poder Ejecutivo es el crecimiento exponencial de la importación de combustibles, que pasó de 300 millones de dólares en el año 2010 a más de 1.000 millones en 2011, con un crecimiento del 179 por ciento.
“Hay gráficos que impactan. El punto de inflexión (en la producción) de YPF se dio en 1999, dado que en 1998 había dejado de estar en el Estado. La empresa se desnacionalizó”, indicó la Presidenta. Acotó en ese sentido que “la curva de caída del crudo producido por la empresa otrora nacional comenzó a partir del año 99 para descender de forma vertiginosa a partir de 2005”.
“El año pasado -agregó- tuvimos el mayor aumento de importaciones de combustibles y crudo. Si no hubiéramos importado tanto, el saldo favorable de la balanza comercial del país había sido de más de 15.000 millones de dólares”.
La mandataria además, respaldó el desarrollo económico y señaló que avanzará en “reorientar subsidios para llegar a los sectores y personas que lo necesitan”.
Además rechazó las críticas sobre medidas proteccionistas para las importaciones. “Es importante recalcar que hemos crecido exponencialmente en nuestras exportaciones, y vamos a seguir con una política muy agresiva en ese sentido”, aseguró. En esa línea, resaltó que nuestro país ocupa hoy día “el séptimo lugar de exportadores de servidores de informática”.
La expectativa sobre qué hará el Gobierno con YPF no fue satisfecha. Sin embargo, la mandataria admitió la severa crisis que afecta al sector.