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16 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Las importaciones son el dolor de cabeza de las pymes

Sabado, 24 de marzo de 2012 21:25

El reemplazo de la producción importada por nacional es un paso decisivo para la industrialización, para la generación de puestos de trabajo y, por lo tanto, para el desarrollo regional es clave agregar valor a la producción. Hoy la falta de insumos, materias primas y repuestos para hacer funcionar los equipos de las pequeñas y medianas industrias se ha vuelto una mezcla de trámite impositivo-aduanero engorroso y un sobrecosto por cambio de matriz productiva: pasar de la apertura económica indiscriminada de la década del noventa al modelo de sustitución de importaciones. Esa transición requiere planificación, capitales, nuevas reglas de juego y una coordinación entre el puerto y la industria del interior. Las inquietudes y algunas quejas de las pymes están indicando que el trípode Aduana, Afip y Secretaría de Comercio Interior de la Nación han colocado la situación en un sustitución primaria, precaria y de enorme fragilidad para las pymes. Las restricciones a las importaciones están siendo costosas para las economías regionales. Por el momento, no se realiza una práctica aduanera, impositiva y de provisión racional para los insumos, repuestos y materia prima necesaria que eche andar a las industrias. Faltó, en esta primera etapa de la sustitución, un conocimiento acabado de los procesos industriales sectoriales y la necesidad de incorporar a estos insumos importados y de tecnología adecuada el tiempo real de espera y la reducción necesaria de los costos para hacerlo. Hoy por la demora del papeleo y la nacionalización de algunas piezas, maquinarias y otros bienes de capital, las pymes pagan el contenedor que espera la autorización. Por día de estadía en el puerto abonan hasta US$ 150, y la paciencia dura, a veces, hasta diez días.

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El reemplazo de la producción importada por nacional es un paso decisivo para la industrialización, para la generación de puestos de trabajo y, por lo tanto, para el desarrollo regional es clave agregar valor a la producción. Hoy la falta de insumos, materias primas y repuestos para hacer funcionar los equipos de las pequeñas y medianas industrias se ha vuelto una mezcla de trámite impositivo-aduanero engorroso y un sobrecosto por cambio de matriz productiva: pasar de la apertura económica indiscriminada de la década del noventa al modelo de sustitución de importaciones. Esa transición requiere planificación, capitales, nuevas reglas de juego y una coordinación entre el puerto y la industria del interior. Las inquietudes y algunas quejas de las pymes están indicando que el trípode Aduana, Afip y Secretaría de Comercio Interior de la Nación han colocado la situación en un sustitución primaria, precaria y de enorme fragilidad para las pymes. Las restricciones a las importaciones están siendo costosas para las economías regionales. Por el momento, no se realiza una práctica aduanera, impositiva y de provisión racional para los insumos, repuestos y materia prima necesaria que eche andar a las industrias. Faltó, en esta primera etapa de la sustitución, un conocimiento acabado de los procesos industriales sectoriales y la necesidad de incorporar a estos insumos importados y de tecnología adecuada el tiempo real de espera y la reducción necesaria de los costos para hacerlo. Hoy por la demora del papeleo y la nacionalización de algunas piezas, maquinarias y otros bienes de capital, las pymes pagan el contenedor que espera la autorización. Por día de estadía en el puerto abonan hasta US$ 150, y la paciencia dura, a veces, hasta diez días.

Las pymes en Salta, una zona productiva alejada del puerto, destacan que la industrialización y nacionalización de la producción es beneficiosa para contener la sangría de dólares si aumentan las importaciones, pero es también importante que esté claro que no se va a dificultar el ingreso de insumos, partes o piezas y la tecnología necesaria que representan las maquinarias y bienes de capital. Si esto ocurre, las pymes temen perder competitividad.

Lo que proponen en concreto es que la importación de los insumos para hacer funcionar el parque tecnológico debe adecuarse a las particularidades de cada fábrica y de cada empresa. Ese sería el apoyo acertado en la provisión de la pieza o el repuesto importado.

Se debe dar en el puerto y en la compra del insumo el acceso a nuevas tecnologías, la implementación eficiente de programas de mejoras en sus procesos y radicación de fábricas pyme para lograr que su participación en el proceso de reindustrialización y generación de empleo sea decisivo.

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