¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

15°
4 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

No tan beneficiados

Domingo, 04 de marzo de 2012 11:29

A la vista de muchos, la situación de los jóvenes adjudicatarios de los monoambientes de El Huaico puede parecer envidiable, pero quien se detenga a analizar el precio que pagarán por esos diminutos departamentos, las cuotas que deberán desembolsar por ellos y las limitaciones con las que se encontrarán en no mucho tiempo, verá que no todo lo brilla es oro.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

A la vista de muchos, la situación de los jóvenes adjudicatarios de los monoambientes de El Huaico puede parecer envidiable, pero quien se detenga a analizar el precio que pagarán por esos diminutos departamentos, las cuotas que deberán desembolsar por ellos y las limitaciones con las que se encontrarán en no mucho tiempo, verá que no todo lo brilla es oro.

Las familias que acaban de recibir sus casas en el grupo de 206 viviendas “Néstor Kirchner”, en la ciudad de Tartagal, pagan cuotas mensuales de $420. Si bien aún no se tienen los costos finales de los monoambientes, dentro del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) se especula que las cuotas se ubicarán entre los $600 y los $700. Aún con planes más cortos que en otras operatorias, cabe preguntarse qué ocurrirá con aquellos jóvenes adjudicatorios que decidan vivir en pareja, casarse, tener hijos. ¿Se las arreglarán dentro de esos 28 metros cuadrados en dos o tres años? ¿Podrán aspirar a una vivienda social del IPV siendo ya propietarios? ¿En qué términos les será permitido alquilarlos? ¿Cuánto les pagará un inquilino? ¿Y cuánto deberán pagar ellos por alquilar un departamento más espacioso?

El titular de la Asociación Observatorio del Consumidor (Asodelco), Luis Caro, advirtió que con los mismos recursos que se volcaron en los monoambientes, podrían construirse unas 600 casas para familias con dos o tres hijos. El ingeniero ambiental que preside la citada entidad, con personería jurídica, remarcó que en el segundo de los casos el número de beneficiarios se elevaría a 3.000 personas, con mayoría de niños.

Aun si se pretende contemplar a una franja tradicionalmente apartada de los programas de viviendas, como son los jóvenes solteros y los matrimonios sin hijos, ¿por qué no proyectar las unidades habitacionales con espacios y horizontes algo más razonables?

“Una cosa son las viviendas públicas tercerizadas para sectores con cierto nivel de ingresos y otra muy distinta son las viviendas sociales que deben llegar a las familias con menos ingresos y más necesidades”, subrayó Caro.

El referente de Asodelco afirmó que, con el actual direccionamiento de los fondos del Estado, el sueño del techo propio tiene para las familias carentes de recursos límites casi inalcanzables. A lo sumo, pueden aspirar al financiamiento estatal de mejoras en un baño, una nueva pieza o refacciones mínimas que en las estadísticas oficiales son presentadas como “soluciones habitacionales”.

Temas de la nota

PUBLICIDAD