El Gobierno provincial acaba de entregar los primeros 432 monoambientes, de un total de 1.008 que se construyen en la zona norte de la ciudad de Salta, para jóvenes solteros. El programa, que insumirá unos $150 millones con los gastos de la infraestructura aparejada, desató toda clase de cuestionamientos por el desempeño que tuvieron diferentes funcionarios y organismos en la tramitación y aprobación forzada de requisitos técnicos, catastrales, ambientales y urbanísticos que cualquier vecino está obligado a cumplir antes de poner un solo ladrillo.
El eje principal de la controversia, sin embargo, pasa por el concepto mismo de la operatoria que insumirá una nada despreciable asignación de fondos públicos en departamentos que, con sólo 28 metros cuadrados, costarán tanto como una vivienda social, de casi el doble de esa superficie, en una provincia que fue declarada en emergencia habitacional en octubre de 2008 y tiene hoy a 36.000 familias -muchas de ellas numerosas- inscriptas en una larga y angustiante espera tras el sueño del techo propio.
La cifra del déficit habitacional incluye a numerosísimos grupos familiares que, sumidos en la pobreza, apenas pueden aspirar a un terreno en algún alejado asentamiento que difícilmente contará, en mucho tiempo, con la batería de servicios que movieron los monoambientes de El Huaico, en el extremo noroeste del campo-reserva General Belgrano.
</SUBTITULO>Alto costo
Según fuentes técnicas consultadas por este diario, el costo de construcción de cada monoambiente ascenderá a unos $105 mil, valor muy cercano a los $125 mil que cuesta una casa ejecutada a través de los programas nacionales de vivienda, con el doble de la superficie, y dos habitaciones.
Una parte sustancial del costo de las reducidas unidades de El Huaico sale a relucir en las 22 resoluciones con las que el ministro de Finanzas, Carlos Parodi, y el secretario de Obras Públicas, Juan Carlos Galarza, aprobaron las licitaciones, los procesos selectivos e incluso la contratación directa de las empresas a las que se adjudicó la construcción de los monoambientes, por grupos de 48 unidades, con presupuestos de $3.570.000 a $3.915.256, en cada caso.
De las cifras que contienen las resoluciones publicadas en el Boletín Oficial de la Provincia se desprende que cada monoambiente costó, en lo que respecta a su construcción básica, cerca de $75.000. A esto deben sumarse los componentes del precio que se corresponden con el valor del terreno y el financiamiento de las obras de infraestructura ejecutadas, también con fondos públicos, para dotar de agua, cloacas, luz, gas y otros servicios a ese núcleo habitacional ubicado sobre el camino a Lesser, frente a la banda sur del río Vaqueros.
</SUBTITULO>Agua, luz, cloacas, gas
El desarrollo del complejo de los monoambientes chocó con un sinnúmero de objeciones técnicas y legales. Notas e informes dejan ver los condicionamientos que encontró el proyecto tanto en organismos como en empresas prestatarias de servicios, que rechazaron o supeditaron los pedidos de factibilidad a la ejecución de obras costeadas, en todos los casos, con fondos públicos.
La lista incluye desde un pozo de captación de 200 metros de profundidad para el abastecimiento de agua potable ($1,2 millones), un tendido eléctrico ($1,3 millones) y una ampliación de la planta de tratamiento cloacal del barrio El Huaico ($600 mil), hasta un gasoducto de distribución de 6 pulgadas de diámetro y 13 kilómetros de extensión. Esta red fue adjudicada por la Secretaría de Obras Públicas de la Provincia a la empresa Mega SR, con una cotización inicial de 12,3 millones y una imputación llevada hasta la suma final de $18,8 millones, por sistema de ajuste alzado.
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El Gobierno provincial acaba de entregar los primeros 432 monoambientes, de un total de 1.008 que se construyen en la zona norte de la ciudad de Salta, para jóvenes solteros. El programa, que insumirá unos $150 millones con los gastos de la infraestructura aparejada, desató toda clase de cuestionamientos por el desempeño que tuvieron diferentes funcionarios y organismos en la tramitación y aprobación forzada de requisitos técnicos, catastrales, ambientales y urbanísticos que cualquier vecino está obligado a cumplir antes de poner un solo ladrillo.
El eje principal de la controversia, sin embargo, pasa por el concepto mismo de la operatoria que insumirá una nada despreciable asignación de fondos públicos en departamentos que, con sólo 28 metros cuadrados, costarán tanto como una vivienda social, de casi el doble de esa superficie, en una provincia que fue declarada en emergencia habitacional en octubre de 2008 y tiene hoy a 36.000 familias -muchas de ellas numerosas- inscriptas en una larga y angustiante espera tras el sueño del techo propio.
La cifra del déficit habitacional incluye a numerosísimos grupos familiares que, sumidos en la pobreza, apenas pueden aspirar a un terreno en algún alejado asentamiento que difícilmente contará, en mucho tiempo, con la batería de servicios que movieron los monoambientes de El Huaico, en el extremo noroeste del campo-reserva General Belgrano.
</SUBTITULO>Alto costo
Según fuentes técnicas consultadas por este diario, el costo de construcción de cada monoambiente ascenderá a unos $105 mil, valor muy cercano a los $125 mil que cuesta una casa ejecutada a través de los programas nacionales de vivienda, con el doble de la superficie, y dos habitaciones.
Una parte sustancial del costo de las reducidas unidades de El Huaico sale a relucir en las 22 resoluciones con las que el ministro de Finanzas, Carlos Parodi, y el secretario de Obras Públicas, Juan Carlos Galarza, aprobaron las licitaciones, los procesos selectivos e incluso la contratación directa de las empresas a las que se adjudicó la construcción de los monoambientes, por grupos de 48 unidades, con presupuestos de $3.570.000 a $3.915.256, en cada caso.
De las cifras que contienen las resoluciones publicadas en el Boletín Oficial de la Provincia se desprende que cada monoambiente costó, en lo que respecta a su construcción básica, cerca de $75.000. A esto deben sumarse los componentes del precio que se corresponden con el valor del terreno y el financiamiento de las obras de infraestructura ejecutadas, también con fondos públicos, para dotar de agua, cloacas, luz, gas y otros servicios a ese núcleo habitacional ubicado sobre el camino a Lesser, frente a la banda sur del río Vaqueros.
</SUBTITULO>Agua, luz, cloacas, gas
El desarrollo del complejo de los monoambientes chocó con un sinnúmero de objeciones técnicas y legales. Notas e informes dejan ver los condicionamientos que encontró el proyecto tanto en organismos como en empresas prestatarias de servicios, que rechazaron o supeditaron los pedidos de factibilidad a la ejecución de obras costeadas, en todos los casos, con fondos públicos.
La lista incluye desde un pozo de captación de 200 metros de profundidad para el abastecimiento de agua potable ($1,2 millones), un tendido eléctrico ($1,3 millones) y una ampliación de la planta de tratamiento cloacal del barrio El Huaico ($600 mil), hasta un gasoducto de distribución de 6 pulgadas de diámetro y 13 kilómetros de extensión. Esta red fue adjudicada por la Secretaría de Obras Públicas de la Provincia a la empresa Mega SR, con una cotización inicial de 12,3 millones y una imputación llevada hasta la suma final de $18,8 millones, por sistema de ajuste alzado.