El cortocircuito entre el Gobierno nacional y los principales gremios docentes es innegable. Es por esto que mañana se realizará el primer paro nacional al kirchnerismo tras el fracaso de la negociación por los incrementos salariales. A este complejo cuadro hay que sumarle la repudiada decisión del exagerado aumento del 100 por ciento en las dietas a los diputados y senadores y las recientes descalificaciones de la Presidenta en el Congreso nacional, al afirmar que los docentes “trabajan cuatro horas y tienen tres meses de vacaciones”.
En este sentido, CTERA, principal gremio docente a nivel nacional, adelantó que el acatamiento será “total”, no por el fracaso de la negociación de paritarias sino por “la defensa de la identidad del docente”.
Evidente fueron los denodados esfuerzos del Gobierno nacional por esquivar la negociación salarial, teniendo en cuenta el comienzo tardío de la misma y su cierre repentino. A esta situación hay que sumarle que tras la falta de acuerdo, los focos de conflictos se mudaron a los gobiernos provinciales. Es así que el martes pasado el ciclo lectivo no comenzó en siete provincias y en otras tantas permanecía la discusión salarial.
“Necesitamos que el ministro de Educación reabra la paritaria nacional, que funciona por el artículo 10 de la ley de financiamiento educativo, aprobada durante la gestión del exministro Daniel Filmus, porque sin un piso salarial para el maestro, seguirá la dispersión de sueldos de los docentes en todo el país y volveremos a los 90, cuando las provincias negociaban por su cuenta, y hacían arreglos disímiles ante la ausencia del Estado”, manifestaron desde un gremio docente.
En este marco, la titular de CTERA, Stella Maldonado, se refirió ayer nuevamente a las críticas formuladas por la Presidenta hacia los gremios docentes, y señaló: “Nos parece muy fuerte lo que dijo porque nosotros no nos negamos a discutir con temas que tienen que ver con la asistencia de los docentes, por ejemplo, prevenir la salud laboral”.
“No existen, en ninguna provincia, departamentos que se ocupen de la salud laboral de los docentes. Y queremos eso, que el Estado sea el encargado”, precisó.
La referente gremial atribuyó el cuestionamiento de la primera mandataria a “una reacción de enojo” ante el declarado “paro nacional”. “No hay que enojarse porque forma parte de las reglas de la democracia”, le recordó a la Presidenta.
Asimismo, la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), en una solicitada publicada ayer en diversos diarios porteños y de tirada nacional, insistieron con que “nunca un docente trabajó sólo cuatro horas y las vacaciones tienen como máximo 45 días”. Además, reiteraron su reclamo de “3.000 pesos para el salario inicial del maestro de grado de jornada simple”.
Cabe destacar que pese a la cercanía de algunos gremios con la Casa Rosada, presionados, debieron convocar a esta medida de fuerza.
Una oferta superadora
En esta complicada realidad para los docentes, las expectativas aún permanecen. Es por esto que pese a las medidas de fuerza ya propuestas, desde los diversos gremios docentes esperan un llamado oficial, lo que deja al descubierto la disposición sindical a escuchar una nueva propuesta salarial.
Pero lo cierto es que las nuevas declaraciones del ministro de Educación, Alberto Sileoni, de que los docentes “harían paros aunque ganen 10 mil pesos” puso de manifiesto que el Gobierno nacional no está dispuesto a poner el dinero complementario que reclaman las provincias para pagar lo que determine la paritaria nacional, más allá del básico ofertado. En ese contexto, las provincias alegan una enorme crisis fiscal por lo que, hasta el momento, no se visualiza una solución ante este nuevo frente de conflicto que el Gobierno nacional deberá enfrentar.
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El cortocircuito entre el Gobierno nacional y los principales gremios docentes es innegable. Es por esto que mañana se realizará el primer paro nacional al kirchnerismo tras el fracaso de la negociación por los incrementos salariales. A este complejo cuadro hay que sumarle la repudiada decisión del exagerado aumento del 100 por ciento en las dietas a los diputados y senadores y las recientes descalificaciones de la Presidenta en el Congreso nacional, al afirmar que los docentes “trabajan cuatro horas y tienen tres meses de vacaciones”.
En este sentido, CTERA, principal gremio docente a nivel nacional, adelantó que el acatamiento será “total”, no por el fracaso de la negociación de paritarias sino por “la defensa de la identidad del docente”.
Evidente fueron los denodados esfuerzos del Gobierno nacional por esquivar la negociación salarial, teniendo en cuenta el comienzo tardío de la misma y su cierre repentino. A esta situación hay que sumarle que tras la falta de acuerdo, los focos de conflictos se mudaron a los gobiernos provinciales. Es así que el martes pasado el ciclo lectivo no comenzó en siete provincias y en otras tantas permanecía la discusión salarial.
“Necesitamos que el ministro de Educación reabra la paritaria nacional, que funciona por el artículo 10 de la ley de financiamiento educativo, aprobada durante la gestión del exministro Daniel Filmus, porque sin un piso salarial para el maestro, seguirá la dispersión de sueldos de los docentes en todo el país y volveremos a los 90, cuando las provincias negociaban por su cuenta, y hacían arreglos disímiles ante la ausencia del Estado”, manifestaron desde un gremio docente.
En este marco, la titular de CTERA, Stella Maldonado, se refirió ayer nuevamente a las críticas formuladas por la Presidenta hacia los gremios docentes, y señaló: “Nos parece muy fuerte lo que dijo porque nosotros no nos negamos a discutir con temas que tienen que ver con la asistencia de los docentes, por ejemplo, prevenir la salud laboral”.
“No existen, en ninguna provincia, departamentos que se ocupen de la salud laboral de los docentes. Y queremos eso, que el Estado sea el encargado”, precisó.
La referente gremial atribuyó el cuestionamiento de la primera mandataria a “una reacción de enojo” ante el declarado “paro nacional”. “No hay que enojarse porque forma parte de las reglas de la democracia”, le recordó a la Presidenta.
Asimismo, la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), en una solicitada publicada ayer en diversos diarios porteños y de tirada nacional, insistieron con que “nunca un docente trabajó sólo cuatro horas y las vacaciones tienen como máximo 45 días”. Además, reiteraron su reclamo de “3.000 pesos para el salario inicial del maestro de grado de jornada simple”.
Cabe destacar que pese a la cercanía de algunos gremios con la Casa Rosada, presionados, debieron convocar a esta medida de fuerza.
Una oferta superadora
En esta complicada realidad para los docentes, las expectativas aún permanecen. Es por esto que pese a las medidas de fuerza ya propuestas, desde los diversos gremios docentes esperan un llamado oficial, lo que deja al descubierto la disposición sindical a escuchar una nueva propuesta salarial.
Pero lo cierto es que las nuevas declaraciones del ministro de Educación, Alberto Sileoni, de que los docentes “harían paros aunque ganen 10 mil pesos” puso de manifiesto que el Gobierno nacional no está dispuesto a poner el dinero complementario que reclaman las provincias para pagar lo que determine la paritaria nacional, más allá del básico ofertado. En ese contexto, las provincias alegan una enorme crisis fiscal por lo que, hasta el momento, no se visualiza una solución ante este nuevo frente de conflicto que el Gobierno nacional deberá enfrentar.