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Uno de los tres lideró los últimos motines

Domingo, 01 de abril de 2012 22:13

Mario Mansilla, uno de los tres sujetos peligrosos que se fugaron de la granja del penal de Tartagal el pasado 21 de marzo, es tal vez el hombre que más preocupa a las fuerzas de seguridad que están tras sus pasos.
El hombre no solamente participó de los dos últimos motines registrados en el penal (uno el 5 de noviembre y el otro perpetrado el 31 de enero pasado), sino que además los lideró.
En el primero de los hechos, originado durante la madrugada, hubo sangre; terminó con cuatro internos heridos y un policía trasladado hacia el hospital de la zona, con politraumatismos.
En esa oportunidad, Mansilla aprovechó la trifulca que se produjo entre dos reos para incentivar a los otros a fugarse, aunque fueron reducidos minutos después de la pelea.
La segunda revuelta culminó con cinco internos pertenecientes al pabellón “A” de la Unidad Carcelaria 5 de Tartagal con heridas de consideración luego de un nuevo intento de motín.
Los reos iniciaron la revuelta quemando colchones y arrojando agua hervida a otros internos, pero fueron sofocados por el accionar de los guardiacárceles que utilizaron elementos antimotines para dominarlos y evitar que se subleven los presos de otros pabellones.
Pese a que los hechos no fueron de gravedad, los reclusos heridos fueron trasladados hacia el hospital Juan Domingo Perón donde recibieron asistencia y permanecieron internados durante una semana.
Con esos antecedentes, las diferentes fuerzas se abocan a la búsqueda de Mansilla, que estaría alojado en un aguantadero de sus compañeros bolivianos, y de sus secuaces que aún permanecerían en la zona norte del territorio provincial.
Efectivos de la policía comentaron a El Tribuno que ya se comunicaron con sus pares bolivianos para pedir colaboración.
 

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Mario Mansilla, uno de los tres sujetos peligrosos que se fugaron de la granja del penal de Tartagal el pasado 21 de marzo, es tal vez el hombre que más preocupa a las fuerzas de seguridad que están tras sus pasos.
El hombre no solamente participó de los dos últimos motines registrados en el penal (uno el 5 de noviembre y el otro perpetrado el 31 de enero pasado), sino que además los lideró.
En el primero de los hechos, originado durante la madrugada, hubo sangre; terminó con cuatro internos heridos y un policía trasladado hacia el hospital de la zona, con politraumatismos.
En esa oportunidad, Mansilla aprovechó la trifulca que se produjo entre dos reos para incentivar a los otros a fugarse, aunque fueron reducidos minutos después de la pelea.
La segunda revuelta culminó con cinco internos pertenecientes al pabellón “A” de la Unidad Carcelaria 5 de Tartagal con heridas de consideración luego de un nuevo intento de motín.
Los reos iniciaron la revuelta quemando colchones y arrojando agua hervida a otros internos, pero fueron sofocados por el accionar de los guardiacárceles que utilizaron elementos antimotines para dominarlos y evitar que se subleven los presos de otros pabellones.
Pese a que los hechos no fueron de gravedad, los reclusos heridos fueron trasladados hacia el hospital Juan Domingo Perón donde recibieron asistencia y permanecieron internados durante una semana.
Con esos antecedentes, las diferentes fuerzas se abocan a la búsqueda de Mansilla, que estaría alojado en un aguantadero de sus compañeros bolivianos, y de sus secuaces que aún permanecerían en la zona norte del territorio provincial.
Efectivos de la policía comentaron a El Tribuno que ya se comunicaron con sus pares bolivianos para pedir colaboración.
 

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