A 48 horas de la primera vuelta de las presidenciales francesas, las malas noticias se acumulan para Nicolas Sarkozy y crece la sensación de que el candidato y el sistema de poder conocido como “sarkozysmo” se están disolviendo rápido. Ocurre que el mandatario se encuentra entre dos y cinco puntos abajo de su principal opositor, Fran‡ois Hollande.
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A 48 horas de la primera vuelta de las presidenciales francesas, las malas noticias se acumulan para Nicolas Sarkozy y crece la sensación de que el candidato y el sistema de poder conocido como “sarkozysmo” se están disolviendo rápido. Ocurre que el mandatario se encuentra entre dos y cinco puntos abajo de su principal opositor, Fran‡ois Hollande.
El clima de final de reinado asoma por todas partes: deserciones en masa de antiguos partidarios (Chirac, tres exministros, conocidos y anónimos); un ritmo frenético de adhesiones públicas a su adversario, por nutridos colectivos de economistas, deportistas, intelectuales y ministrables; la prensa revela cada vez más errores y síntomas de descontrol del presidente, y las encuestas anuncian no tanto una derrota como un naufragio. Cuanto más se acerca el día decisivo, más lejos parece la reelección. Lo que hace una semana requería un milagro empieza a parecerse a una alarma de hundimiento. Las últimas encuestas dibujan un panorama casi negro. Sarkozy pierde terreno y queda entre dos y cinco puntos por debajo para la primera vuelta. De cara a la segunda, el 6 de mayo, el líder conservador se hunde entre 12 y 16 puntos.