Un voraz incendio le costó la vida a una mujer y conmocionó a toda la comunidad de El Tala, al sur de Rosario de la Frontera, puesto que en cuestión de minutos el fuego generado por una vela encendida terminó con la existencia de Azucena del Valle Jurado de Morán, de 72 años.
El hecho ocurrió el jueves por la noche, a las 22.30, en una casa situada sobre la calle Libertad al 500, frente al hospital Santa Teresa de la localidad perteneciente al departamento La Candelaria.
La infortunada mujer vivía con su hija, Analía Morán (40), profesora de educación física del colegio secundario Fray Mamerto Esquiú de la mencionada localidad, quien, al momento del accidente, se encontraba en casa de un familiar.
De acuerdo con datos aportados por el titular de la subcomisaría El Tala, Modesto Molina, el incendio se produjo por una vela encendida.
“Al momento del accidente la mujer se encontraba sola en su domicilio, puesto que su hija, Analía Morán, se había ausentado por unos minutos, después que dejara a su madre acostada en la cama de su habitación”.
Asimismo dijo: “Aparentemente la señora se levantó para ir a prender una vela a la imagen de San Expedito, ya que ayer (por el jueves) se conmemoraba su día. Después de ello, la señora se sentó en un sillón, que está ubicado en un espacio contiguo al dormitorio, similar a una pequeña sala de estar, donde rezó y se quedó dormida, sin notar que se había iniciado un incendio al caerse la vela encendida. Las llamas se expandieron y ganaron la vestimenta de la víctima, quien falleció calcinada”.
Cabe mencionar que Azucena tenía siete hijos y se encontraba enferma, lo que imposibilitaba su desplazamiento normal.
Con gran desesperación, al observar la terrible escena, los vecinos de la cuadra cargaron baldes de agua y conectaron mangueras a fines de impedir que el fuego siguiera extendiéndose.
Para ingresar al inmueble, la Policía tuvo que romper los vidrios de las ventanas. Una vez adentro trabajaron para sofocar el siniestro, que solo había alcanzado la sala de estar donde se hallaba la mujer.
En tal sentido, el comisario Molina resaltó la colaboración del municipio de El Tala, que aportó un tanque cisterna y personal para sofocar el fuego, como así también destacó la solidaridad de los vecinos que se acercaron para ayudar.
El Tala no cuenta con una dotación de bomberos y el cuerpo de voluntarios más cercano está en Rosario de la Frontera, a 65 kilómetros.
La médica policial Liliana Gamietea determinó que la muerte de la anciana se produjo por asfixia y quemaduras. La causa fue caratulada como “supuesto accidente casual”.
Testimonios
Ana Garnica (45), vecina de la familia Morán, regresaba a su casa luego de haber participado de los actos religiosos conmemorativos a San Expedito. “Al llegar a mi domicilio vi a los policías y mucha gente que estaba frente a la casa de Azucena, desde donde salía gran cantidad de humo y llamas. Al acercarme, me di con la triste novedad de su deceso”, relató.
Tanto Ana como su prima Irma Garnica (27) expresaron: “Fue un susto muy grande, a pesar de los denodados esfuerzos de los policías, municipales y vecinos, quienes se acercaron con sus baldes y mangueras, pero no pudieron evitar el terrible final que tuvo Azucena”.
“Los vecinos le avisaron a Analía (la hija) sobre lo que estaba sucediendo. Ella vino corriendo y se dio con todo lo que había pasado. No podían sacar a su mamá. Fue una imagen desgarradora”, comentó otra de las amigas de la familia de la víctima.
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Un voraz incendio le costó la vida a una mujer y conmocionó a toda la comunidad de El Tala, al sur de Rosario de la Frontera, puesto que en cuestión de minutos el fuego generado por una vela encendida terminó con la existencia de Azucena del Valle Jurado de Morán, de 72 años.
El hecho ocurrió el jueves por la noche, a las 22.30, en una casa situada sobre la calle Libertad al 500, frente al hospital Santa Teresa de la localidad perteneciente al departamento La Candelaria.
La infortunada mujer vivía con su hija, Analía Morán (40), profesora de educación física del colegio secundario Fray Mamerto Esquiú de la mencionada localidad, quien, al momento del accidente, se encontraba en casa de un familiar.
De acuerdo con datos aportados por el titular de la subcomisaría El Tala, Modesto Molina, el incendio se produjo por una vela encendida.
“Al momento del accidente la mujer se encontraba sola en su domicilio, puesto que su hija, Analía Morán, se había ausentado por unos minutos, después que dejara a su madre acostada en la cama de su habitación”.
Asimismo dijo: “Aparentemente la señora se levantó para ir a prender una vela a la imagen de San Expedito, ya que ayer (por el jueves) se conmemoraba su día. Después de ello, la señora se sentó en un sillón, que está ubicado en un espacio contiguo al dormitorio, similar a una pequeña sala de estar, donde rezó y se quedó dormida, sin notar que se había iniciado un incendio al caerse la vela encendida. Las llamas se expandieron y ganaron la vestimenta de la víctima, quien falleció calcinada”.
Cabe mencionar que Azucena tenía siete hijos y se encontraba enferma, lo que imposibilitaba su desplazamiento normal.
Con gran desesperación, al observar la terrible escena, los vecinos de la cuadra cargaron baldes de agua y conectaron mangueras a fines de impedir que el fuego siguiera extendiéndose.
Para ingresar al inmueble, la Policía tuvo que romper los vidrios de las ventanas. Una vez adentro trabajaron para sofocar el siniestro, que solo había alcanzado la sala de estar donde se hallaba la mujer.
En tal sentido, el comisario Molina resaltó la colaboración del municipio de El Tala, que aportó un tanque cisterna y personal para sofocar el fuego, como así también destacó la solidaridad de los vecinos que se acercaron para ayudar.
El Tala no cuenta con una dotación de bomberos y el cuerpo de voluntarios más cercano está en Rosario de la Frontera, a 65 kilómetros.
La médica policial Liliana Gamietea determinó que la muerte de la anciana se produjo por asfixia y quemaduras. La causa fue caratulada como “supuesto accidente casual”.
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Ana Garnica (45), vecina de la familia Morán, regresaba a su casa luego de haber participado de los actos religiosos conmemorativos a San Expedito. “Al llegar a mi domicilio vi a los policías y mucha gente que estaba frente a la casa de Azucena, desde donde salía gran cantidad de humo y llamas. Al acercarme, me di con la triste novedad de su deceso”, relató.
Tanto Ana como su prima Irma Garnica (27) expresaron: “Fue un susto muy grande, a pesar de los denodados esfuerzos de los policías, municipales y vecinos, quienes se acercaron con sus baldes y mangueras, pero no pudieron evitar el terrible final que tuvo Azucena”.
“Los vecinos le avisaron a Analía (la hija) sobre lo que estaba sucediendo. Ella vino corriendo y se dio con todo lo que había pasado. No podían sacar a su mamá. Fue una imagen desgarradora”, comentó otra de las amigas de la familia de la víctima.