Son malos tiempos para el matrimonio Sarkozy: a la derrota en la primera ronda de las elecciones electorales francesas y la caída de la popularidad de la pareja en los últimos tiempos, se suman nuevas críticas, que esta vez no van dirigidas hacia Nicolas sino a su otrora aclamada mujer, Carla Bruni.
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Son malos tiempos para el matrimonio Sarkozy: a la derrota en la primera ronda de las elecciones electorales francesas y la caída de la popularidad de la pareja en los últimos tiempos, se suman nuevas críticas, que esta vez no van dirigidas hacia Nicolas sino a su otrora aclamada mujer, Carla Bruni.
La ex modelo, de 44 años, y más concretamente, su cambio facial, se han convertido en protagonistas en la jornada post electoral. "¿Demasiado botox?" reza el titular de la pieza que le dedica el diario británico Daily Mail. En ella se hace una comparativa entre las imágenes de 2008, cuando se convirtió en primera dama al contraer matrimonio con el primer ministro francés, y el pasado fin de semana. Cuatro años separan las imágenes y el cambio en su fisonomía es evidente.
También recoge el tabloide la opinión del doctor especialista Ben Benham: "Carla está excesivamente 'botoxizada'. Se ha hecho demasiado. Por eso tiene esa cara de sorpresa y parece una ardilla." La explicación, según el experto, es que "parece que ha usado Radiesse, que es un rellenador de arrugas. Pero los resultados no parecen naturales."
Pómulos marcados, ojos pequeños, cejas cambiantes... La transformación, en tan sólo cuatro años ha sido espectacular, y Carla Bruni ha pasado de ser un icono de 'glamour', un perfecto ejemplo de belleza en la madurez, a una buena muestra de los efectos de la cirugía. Todo, acompañado de una caída en su popularidad, pasando de ser una de las parejas de moda a caer en el olvido internacional.