El gobierno neuquino anunció hoy la reversión de contratos de concesión en otras tres áreas petroleras de la provincia y por primera vez la empresa involucrada no es YPF, sino la brasileña Petrobras, la firma de capitales canadienses Argenta Energía y la nacional Tecpetrol.
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El gobierno neuquino anunció hoy la reversión de contratos de concesión en otras tres áreas petroleras de la provincia y por primera vez la empresa involucrada no es YPF, sino la brasileña Petrobras, la firma de capitales canadienses Argenta Energía y la nacional Tecpetrol.
Argumentando “falta de inversiones”, como ocurrió días atrás con las tres zonas de explotación petrolera quitadas a la compañía hispano argentina Repsol-YPF, la administración de Jorge Sapag recuperó para el Estado provincial las áreas Veta Escondida (en manos de Petrobras Energía), Covunco Norte (Argenta Energía) y Fortín de Piedra (Tecpetrol).
Un comunicado de prensa del Ministerio de Energía, Ambiente y Servicios Públicos de Neuquén precisó que en Veta Escondida se verificó que “permanece sin producción ni reservas comprobadas, y con inversiones insuficientes”.
En el caso de Covunco Norte, “permanece sin producción ni reservas, y sin inversiones comprobables” y en cuanto a Fortín de Piedras, el gobierno local dijo que se constató que se encuentra “sin producción y con inversiones insuficientes para el desarrollo integral de la superficie abarcada por la concesión”.
La cartera energética provincial agregó que la administración neuquina continúa con la evaluación y análisis de otras áreas, en las cuales se registra baja o mediana producción, subinversiones o falta de inversión.
Por lo tanto, avanzará con el proceso de intimaciones a las compañías involucradas y, en caso de no obtener una respuesta favorable, probablemente anunciará la reversión de más contratos de explotación petrolera.
La semana pasada, el gobierno de Neuquén había anunciado la quita de una tercera zona entregada en concesión a YPF, Don Ruiz, que se agregó a las áreas Chihuido de la Salina Sur y Portezuelo Minas, también operadas por la empresa controlada desde 1999 por la española Repsol y manejada en el país por la familia argentina Eskenazi.
La ofensiva de las provincias contra YPF se inició el 14 de marzo pasado, y en poco más de dos semanas la principal petrolera que opera en el territorio nacional perdió una quincena de áreas de explotación en Chubut, Santa Cruz, Mendoza, Neuquén, Río Negro y Salta.
Falta de inversiones y caída de la producción es el argumento que esgrimen los gobernadores tras decidir la caducidad de los contratos.
Pero en este caso, a diferencia de lo que venía ocurriendo, el gobierno neuquino redobló la apuesta y extendió su ofensiva a otras firmas petroleras.
La administración local explicó que la medida se enmarca en el Acuerdo Federal de Hidrocarburos firmado entre el Estado nacional las provincias agrupadas en la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI).
La iniciativa tiene por objetivo “aumentar la producción (un 15 por ciento en dos años, según acordaron los gobernadores de la OFEPHI), garantizar el abastecimiento del país, generar trabajo argentino, ahorrar divisas y atraer inversiones”.
La cartera energética también ratificó la decisión del Ejecutivo neuquino de buscar inversores para desarrollar en asociación las áreas revertidas y otros yacimientos en los que -según el gobierno local- no se efectuaron las inversiones suficientes de acuerdo.
Las seis zonas que Sapag recuperó hasta el momento pasarán al dominio de la empresa estatal provincial Gas y Petróleo del Neuquén S.A., la que continuará con sus acciones de exploración y explotación, según se informó a la prensa.