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14 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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El estrés y sus manifestaciones en las personas

Martes, 01 de mayo de 2012 18:52

El estrés es parte de la vida contemporánea y el hombre está expuesto a una multiplicidad de estímulos y exigencias que, traen como consecuencia, problemas de salud vinculados al estrés.
En la Argentina, una encuesta realizada por TNS Gallup en 2010 demuestra que 4 de cada 10 personas sienten que les falta la energía, 3 de cada 10 están estresados y 2 de cada 10 dicen estar deprimidos.
Esos números aumentan entre las mujeres: mientras un 27 por ciento de los hombres menciona haber padecido estrés, un 36% de las mujeres declaran lo mismo; en cuanto a la falta de energía, ellas llevan la delantera con un 45 por ciento contra un 36% de ellos.
‘El estrés se define como la reacción inespecífica del ser humano ante diversas tensiones. Es la respuesta del organismo a los cambios, sean estos positivos o negativos‘ afirma el doctor Alejandro Puente, médico especialista en Psiquiatría y Terapia Familiar de CEMIC.
Los síntomas que dan indicio de que el nivel de tensión ha superado la capacidad del individuo son de diversa índole.
Algunas señales más frecuentes de estrés son, por ejemplo, las dificultades para dormir, malhumor, irritabilidad, olvidos y distintas somatizaciones (opresión precordial, palpitaciones, acidez, diarrea, mareos).
Se debe tener en cuenta que, en muchos casos, tanto los infartos en gente joven, como los accidentes o los episodios hipertensivos, se dan en un contexto de situaciones de estrés crónico.
A su vez, cualquier patología orgánica o psicológica se incrementa ante estas situaciones.
Desde esta perspectiva se puede considerar al estrés como uno de los principales factores de riesgo para la salud.
Sin embargo, cada una de las personas responde al estrés en forma totalmente diferente, es decir, lo que es estresante para un individuo puede o no serlo para otro.
En cada individuo confluyen permanentemente distintas situaciones: sociales, laborales y familiares y cada persona tiene una capacidad particular para enfrentarlas.
La combinación de estos factores es lo que determina el nivel de estrés. Si no aparecen síntomas, significa que la persona se está manejando dentro de límites adecuados, pero, si surgen algunos de los síntomas mencionados, significa que se ha sobrepasado la tolerancia.
‘El tratamiento supone, en primer lugar, identificar los síntomas y luego, determinar cuáles son las áreas en las que se está más comprometido‘, añadió el especialista en Psiquiatría y Terapia Familiar.
Necesariamente se debe hacer una reducción de actividades o de exigencias en alguno de éstos espacios afectados.
Es importante tener en cuenta que realizar actividad física y comer de forma saludable permite resolver la situación con mayor eficiencia y en muchos casos, los psicofármacos pueden ayudar.
 

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El estrés es parte de la vida contemporánea y el hombre está expuesto a una multiplicidad de estímulos y exigencias que, traen como consecuencia, problemas de salud vinculados al estrés.
En la Argentina, una encuesta realizada por TNS Gallup en 2010 demuestra que 4 de cada 10 personas sienten que les falta la energía, 3 de cada 10 están estresados y 2 de cada 10 dicen estar deprimidos.
Esos números aumentan entre las mujeres: mientras un 27 por ciento de los hombres menciona haber padecido estrés, un 36% de las mujeres declaran lo mismo; en cuanto a la falta de energía, ellas llevan la delantera con un 45 por ciento contra un 36% de ellos.
‘El estrés se define como la reacción inespecífica del ser humano ante diversas tensiones. Es la respuesta del organismo a los cambios, sean estos positivos o negativos‘ afirma el doctor Alejandro Puente, médico especialista en Psiquiatría y Terapia Familiar de CEMIC.
Los síntomas que dan indicio de que el nivel de tensión ha superado la capacidad del individuo son de diversa índole.
Algunas señales más frecuentes de estrés son, por ejemplo, las dificultades para dormir, malhumor, irritabilidad, olvidos y distintas somatizaciones (opresión precordial, palpitaciones, acidez, diarrea, mareos).
Se debe tener en cuenta que, en muchos casos, tanto los infartos en gente joven, como los accidentes o los episodios hipertensivos, se dan en un contexto de situaciones de estrés crónico.
A su vez, cualquier patología orgánica o psicológica se incrementa ante estas situaciones.
Desde esta perspectiva se puede considerar al estrés como uno de los principales factores de riesgo para la salud.
Sin embargo, cada una de las personas responde al estrés en forma totalmente diferente, es decir, lo que es estresante para un individuo puede o no serlo para otro.
En cada individuo confluyen permanentemente distintas situaciones: sociales, laborales y familiares y cada persona tiene una capacidad particular para enfrentarlas.
La combinación de estos factores es lo que determina el nivel de estrés. Si no aparecen síntomas, significa que la persona se está manejando dentro de límites adecuados, pero, si surgen algunos de los síntomas mencionados, significa que se ha sobrepasado la tolerancia.
‘El tratamiento supone, en primer lugar, identificar los síntomas y luego, determinar cuáles son las áreas en las que se está más comprometido‘, añadió el especialista en Psiquiatría y Terapia Familiar.
Necesariamente se debe hacer una reducción de actividades o de exigencias en alguno de éstos espacios afectados.
Es importante tener en cuenta que realizar actividad física y comer de forma saludable permite resolver la situación con mayor eficiencia y en muchos casos, los psicofármacos pueden ayudar.
 

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