Pese a que hace menos de un mes la petrolera brasileña Petrobras había señalado que seguiría invirtiendo en la Argentina, la empresa evidenció ayer su preocupación por la política del Gobierno nacional respecto al sector hidrocarburífero. En ese sentido, ayer se conoció que la firma advirtió en su informe anual ante la Comisión de Valores de los Estados Unidos (SEC) que es probable que Argentina vuelva a intervenir en la industria petrolera y señala que la expropiación de Repsol-YPF puede tener “efectos adversos” sobre los resultados de la empresa brasileña.
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Pese a que hace menos de un mes la petrolera brasileña Petrobras había señalado que seguiría invirtiendo en la Argentina, la empresa evidenció ayer su preocupación por la política del Gobierno nacional respecto al sector hidrocarburífero. En ese sentido, ayer se conoció que la firma advirtió en su informe anual ante la Comisión de Valores de los Estados Unidos (SEC) que es probable que Argentina vuelva a intervenir en la industria petrolera y señala que la expropiación de Repsol-YPF puede tener “efectos adversos” sobre los resultados de la empresa brasileña.
En el reporte presentado a la SEC, órgano supervisor del mercado de valores norteamericano, la petrolera manifestó: “No podemos asegurar que estas u otras medidas que puedan ser adoptadas por el Gobierno de Argentina no tendrán efectos materiales adversos sobre nuestros negocios, condición financiera y resultados de operaciones. El Gobierno argentino ha intervenido en la industria petrolera en el pasado y es probable que siga interviniendo”.
La petrolera brasileña ha recordado que tiene una serie de áreas en concesión conjunta con YPF, así como la propiedad de algunas filiales, por lo que advierte de posibles consecuencias en sus operaciones. Asimismo expresa incertidumbre ante el futuro, ya que “los permisos y concesiones de exploración de petróleo y gas en Argentina están sujetos a ciertas condiciones y pueden no ser renovados o ser revocados”.
El miércoles, YPF advirtió que podría dejar de cotizar en la Bolsa de Nueva York porque, tras la nacionalización, dejó de cumplir con algunas normas exigidas por esa institución.
El Parlamento argentino aprobó el pasado 3 de mayo la ley de expropiación del 51% de las acciones de la española Repsol en la petrolera YPF y de YPF Gas. La ley declara a YPF de interés público y fija como objetivo prioritario el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos.
Al estallar la crisis económica de 2001, el Congreso argentino aprobó una ley de emergencia pública y otras normas, algunas de ellas aún en vigor, que permiten adoptar medidas extraordinarias en el sector de los hidrocarburos y la electricidad.
La reciente ley para la nacionalización de YPF, afirma Petrobras, promueve la autosuficiencia energética y cita como actividades de interés público prioritarias para el país las referidas a la producción, transporte, industrialización y comercialización de hidrocarburos.
Esta norma, advierte la compañía, “confiere poder al Gobierno argentino para tomar las medidas que considere necesarias para lograr los objetivos planteados”.
El grupo de los Eskenazi, en default
El grupo Petersen, de la familia Eskenazi, no pagó en término 500 millones de dólares que debía afrontar en concepto de intereses y capital por préstamos adquiridos entre 2008 y 2011 para la adquisición del 25,49% de las acciones de YPF y cayó en default.
Ahora, los bancos extranjeros acreedores de la deuda, que en total alcanza los 1.600 millones de dólares, podrían tomar las acciones que los Eskenazi poseen de la petrolera argentina para cobrar el dinero que habían otorgado en préstamos.
Los bancos aún no tomaron una decisión sobre cómo avanzar para poder cobrar el dinero, aunque miran con buenos ojos pasar a ser accionistas. No obstante, habría diferencias entre las distintas entidades involucradas, ya que aquellas con mayor participación extranjera estarían interesadas en entregar las acciones al mejor postor, para no tener que tratar con el Gobierno argentino.
Lo ideal, para esos bancos, sería venderle las acciones de los Eskenazi (el 25,49% del total de YPF) en bloque a un tercero que desee asociarse con el Estado.
Petersen Energía, una firma de la familia Eskenazi radicada en Australia, recibió en 2008 un préstamo de 1.018 millones de dólares por parte de un pool conformado por Credit Suisse, Goldman Sachs, BNP Paribas y Banco Itaú Europa para comprar el 14,9% de YPF.
En 2011, Petersen se hizo del otro 10% de YPF con un préstamo de 670 millones de dólares aportado por un consorcio integrado por Itaú, Standard Bank, Crédit Suisse, Santander y Citi, y otro tanto por Repsol.
Hasta el año pasado, Eskenazi venía usando los dividendos que recibía de YPF para repagar los préstamos, pero las cosas se complicaron tras la nacionalización de la compañía, dado que el Estado prohibió el reparto de ganancias para que la firma invierta y aumente su producción.
El reclamo salarial en Tierra del Fuego
Los trabajadores petroleros de Tierra del Fuego comenzaron ayer un paro por tiempo indeterminado en los yacimientos del norte de la provincia en reclamo de un aumento de haberes y del pago de una deuda salarial, precisó el secretario de Prensa del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de esa provincia, René Vargas.
La huelga se inició en el primer minuto de ayer, para reclamar “un aumento en la zona desfavorable del 20% y el pago de un bono anual que adeudan las empresas”, agregó el sindicalista, quien explicó que fracasaron las reuniones que se realizaron con autoridades nacionales y provinciales por los dos temas. “No vemos disposición de las empresas”, aseguró Vargas, por eso los trabajadores resolvieron “comenzar con este paro por tiempo indeterminado”.
La medida abarca los yacimientos de Sipetrol, Alfa, Cullen, Cañadón Piedra, San Sebastián, Roche, Las Violetas y a todas las empresas que se desempeñan en esa zona, que son Total, Apache, Roche y Sipetrol.
Vargas destacó que los trabajadores se manifestaron ayer en los ingresos a los yacimientos, al costado de la ruta, para no interrumpir el tránsito.