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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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?Sueño con ganar un Major, es una cuenta pendiente?

Sabado, 19 de mayo de 2012 23:30

Siempre supo que quería ser jugador de golf. Andrés “Pigu” Romero no atraviesa su mejor momento deportivo y desde hace un par de semanas está en Estados Unidos participando en varios certámenes: el Byron Nelson, en Dallas, fue el último. Actualmente se ubica en el puesto 162 del ranking mundial y uno de sus objetivos es acortar esa brecha en la escala internacional para volver a meterse “entre los 50 mejores del mundo”. En una charla exclusiva con El Tribuno vía telefónica, el tucumano nacido en Yerba Buena un 8 de mayo de 1981, habló de su niñez, sus comienzos como caddie (encargado de llevar los palos), su familia y los sueños pendientes como ganar un Major.

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Siempre supo que quería ser jugador de golf. Andrés “Pigu” Romero no atraviesa su mejor momento deportivo y desde hace un par de semanas está en Estados Unidos participando en varios certámenes: el Byron Nelson, en Dallas, fue el último. Actualmente se ubica en el puesto 162 del ranking mundial y uno de sus objetivos es acortar esa brecha en la escala internacional para volver a meterse “entre los 50 mejores del mundo”. En una charla exclusiva con El Tribuno vía telefónica, el tucumano nacido en Yerba Buena un 8 de mayo de 1981, habló de su niñez, sus comienzos como caddie (encargado de llevar los palos), su familia y los sueños pendientes como ganar un Major.


¿Hace cuánto estás en Estados Unidos y qué torneos jugás?

Hace cuatro semanas, en Orlando, Charlote y ahora en Dallas. Este año llevo 12 torneos, es mucho pero poco a la vez ya que no estoy jugando bien.

¿Por qué estás en un nivel bajo?

No estoy pegando bien, todo lo natural que tenía en mi swing hace un tiempo ya no lo tengo. Creo que perdí lo que aprendí de chico, pasan los años y por distintas cosas uno va cambiado su juego. En pos de perfeccionarlo, dejas de lado otras cosas fundamentales como la técnica. Por eso lo traje a mi tío Miguel Romero de nuevo conmigo, el profesor de toda la vida, el hombre que más me conoce en un campo de golf.

¿Qué objetivos te propusiste para esta temporada?

Primero, volver a ser el de antes, sentirme bien conmigo mismo. Después anhelo ganar un Major, es una cuenta pendiente, y volver a estar entre los cincuenta mejores del ranking mundial. Cuando deje de jugar, quiero ver una repisa llena de copas.

Contáme de tu familia, de tu infancia, ¿cómo fue?

Somos nueve hermanos. No teníamos nada, vivíamos con lo justo y tratábamos de hacer que dure mucho. Hoy, cada vez que me acuerdo todo lo que viví con mi familia, disfruto más lo que tengo. Valoro las cosas que el golf me dio, no solo dinero, me hizo conocer el mundo, me enseñó a crecer y espero seguir haciéndolo porque todavía me quedan muchos años.

¿Cómo te llevas con tus hermanos?

Me llevo muy bien con todos. Cada vez que puedo trato de darles una mano; me encanta ayudarlos, pero a la vez trato de que la remen un poco. A mí me costó mucho, nadie me regaló nada, me lo gané. El sacrificio de estar tanto tiempo afuera es agotador, pero lo hago porque amo este deporte. Mi hermano más chico, Luis (26 años), juega al golf y siempre le digo que él tiene todo y yo cuando comencé no tenía nada. Paraba en hoteles de diez pesos y por la noche no comía.

¿Qué tuviste que dejar de lado por seguir el golf?

Antes me gustaban muchos las motos por ejemplo, hoy no pienso en eso porque sé que puedo perder todo lo que he logrado. Pero me gusta también la bicicleta, justo estoy pensando en irme a Salta en bici, para eso hay que estar bien entrenado.

¿A qué edad comenzaste a jugar como profesional?

A los 17 años, después de ser caddie por varios años. Comencé a jugar los pretorneos y en el ’98, después de remarla un montón, comencé a jugar como profesional. Era muy chico y la verdad que me importaba muy poco todo, tenía un gran swing, un talento y una habilidad que si hoy la tuviese la aprovecharía de otra manera. La tengo que recuperar.

De chico arrancabas las ramas de los árboles para utilizarla como palo de golf, ¿cómo fue?

Sí, cortábamos palos de mora o agarrábamos un fierro del ocho o del doce, lo doblábamos y envolvíamos en cámaras de bicicletas para no rompernos las manos. Después hacíamos el green y a jugar.

¿En todos estos años te arrepentís de algo?

Me arrepiento de haber jugado en el 2008 con el brazo prácticamente roto. Tenía un esguince en el codo izquierdo y lloraba de dolor cada vez que le pegaba. Fue uno de los grandes errores que cometí porque si bien terminé la temporada entre los 30 mejores, en el 2009 me fue muy mal.

¿Cometiste errores por dinero?

Le doy gracias a Dios que mis padres de muy chico me enseñaron a ser buena persona. La plata nunca me cambió, sigo teniendo los mismos amigos, mucha gente me pregunta qué hago en Tucumán pudiéndome ir de vacaciones a otros lugares. Me gustar ir a Tafí del Valle, a una hora de mi casa. Vamos en camioneta, jodemos, nos quedamos en carpas u hoteles. Con los chicos del barrio todos los miércoles vamos a jugar a la pelota, después comemos un asado, me gusta tomar vino con soda. Tengo un grupo de amigos desinteresados y muy sinceros. Ahora tengo una casa en Houston, donde paso mucho tiempo, pero siempre vuelvo a mis pagos.

Viajero incansable, el Pigu recorrió el mundo gracias al golf. Pasó de ser humilde a millonario, pero reconoce que el dinero nunca lo confundió.
 

¿Cómo se conocieron con Carlos Tévez?

En el 2009, estaba por jugar el British Open en Escocia y un amigo de Buenos Aires me comenta que Carlitos estaba ahí y quería conocerme. En ese momento pensé ‘qué me va a llamar éste’ y al rato me sonó el teléfono, “hola Andrés soy Carlos Tévez estoy acá en Escocia y me gustaría ir a verte”. Me quedé helado, que me llame un personaje así tan significativo del ambiente del fútbol es increíble. Se nota es una persona muy humilde. Charlamos, visitamos a Cavenaghi, y nos llevamos bien.

¿Cómo juega Tévez al golf?

Se defiende muy bien, que tenga tiempo para jugar al golf es algo muy bueno. El me cuenta que se distrae mucho jugando, le encanta, se hizo fanático. Es más el otro día jugando con el Manchester City Carlitos hizo el tercer gol y en el festejo hizo un swing de golf. Yo me cagaba de risa.

Jugaste torneos en Salta y hasta te llevaste un poncho salteño de premio. ¿Te gustaría volver?

Por supuesto, si en Salta se hace un torneo de golf yo voy no tengo ningún problemas. Me queda a una hora y media de mi casa.

Siempre que podes, volvés a Tucumán; es tu cable a tierra...

A Tucumán no lo cambio por nada del mundo. Gracias a Dios tengo mi familia que me puede acompañar y eso me deja tranquilo, tengo una hija (Sofía) de 20 meses y estoy en pareja con María Laura Avilés de Tucumán, es lo más importante de mi vida.

¿Cómo manejas la distancia con los seres queridos?

Cuando juego mal me pregunto qué carajo hago acá. Paso muchas horas en un campo para que el día pase rápido.

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