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Aquellas salidas con García Márquez y Cortázar

Viernes, 04 de mayo de 2012 21:37

Carlos Fuentes mueve efusivamente las manos mientras habla, como dibujando en el aire los geniales personajes que, a pedido, rescata del pasado.

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Carlos Fuentes mueve efusivamente las manos mientras habla, como dibujando en el aire los geniales personajes que, a pedido, rescata del pasado.

Es amigo de García Márquez y de Vargas Llosa. ¿Alguna vez se reunieron los tres?

Sí, hace mucho tiempo. Celebramos un Año Nuevo en Barcelona, en casa de José Donoso. Eran otros tiempos. ­Qué lástima! Me da mucha pena porque la distancia derivó de malos entendidos.

En 1968, Fuentes viajó a Praga con Cortázar y García Márquez, invitado por Milan Kundera. Checoslovaquia quiso hacer de cuenta esa vez que la invasión rusa no había ocurrido y siguió adelante con la Primavera de Praga. “Llegamos en medio de un frío escandaloso. Pronto nos dimos cuenta de que había un divorcio entre el sistema totalitario y la sociedad. Pero igual nos divertimos. García Márquez se fue a escuchar música sinfónica, Cortázar, jazz. Y a mí me dijeron: "Tú Carlos, les hablas a los obreros'”, recuerda risueño.

El mexicano está escribiendo otro libro, “Federico en su balcón”, basada en Federico Nieztche. “Dios decide darle una segunda oportunidad y lo regresa a la tierra”, adelanta. Para el final, Fuentes deja una confesión: hay una lápida con su nombre, con fecha de nacimiento y puntos suspensivos, en el cementerio parisino de Montparnasse, donde están Cortázar, Porfirio Díaz, Sartre y Beauvoir. “Tengo un monumento muy bonito esperándome”, dice con calma.

 

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