A medida que pasa el año el descenso de la temperatura no solo obliga a ponerse abrigo, sino que enfría más la economía salteña. Los síntomas del verano moderado se extienden y empezaron a preocupar a los empresarios. Hay menos promociones con tarjetas de crédito que otros años y afirman que la gente está pagando las deudas que contrajo en cuotas meses atrás. Además, sobrevuela una notoria prudencia hasta en las compras de primera necesidad, como los alimentos y vestimenta.
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A medida que pasa el año el descenso de la temperatura no solo obliga a ponerse abrigo, sino que enfría más la economía salteña. Los síntomas del verano moderado se extienden y empezaron a preocupar a los empresarios. Hay menos promociones con tarjetas de crédito que otros años y afirman que la gente está pagando las deudas que contrajo en cuotas meses atrás. Además, sobrevuela una notoria prudencia hasta en las compras de primera necesidad, como los alimentos y vestimenta.
En las tiendas de ropa están ansiosos para que las heladas empujen a la compra de prendas de invierno. En las casas de electrodomésticos aspiran a mejorar la apaciguada comercialización y que el mercado se vuelque a las estufas y splits de aire acondicionado.
Tarjetas al borde
En los supermercados no logran que las ventas sigan al ritmo que los años anteriores. Con la inflación y poco límite en las tarjetas muchos salteños llevan lo justo y se privan de gustos. Según la Fundación Mediterránea, los súper de Salta cerraron un generoso 2011 con un 12% arriba, en términos de ventas reales. Los gerentes vieron muy por debajo el primer cuatrimestre y hay cautela en las proyecciones para el resto del 2012. Tras una prolongada escalera firme, el comercio minorista en el país cayó el 3% en abril, según la Cámara Argentina de la Mediana Empresa. El mes transcurrió con una sobrecarga de feriados y en Salta se padeció el freno, reconocieron en los comercios.
En menos de 30 días los bancos tuvieron dos semanas reducidas. Para Pascuas y el feriado de Malvinas el movimiento se contrajo al 40%, y la semana pasada, por el Día del Trabajador y por el descanso “puente”, a un 60%.
Con la política oficial de más minivacaciones, el turismo y la gastronomía sacan provecho. En el sector están conformes con los resultados de los fines de semana largos. El mayor flujo de visitantes lo generó la Semana Santa, cuando la ocupación hotelera alcanzó el 90%. Sin embargo, aseguran que la gente cuida más el bolsillo y se lamentan porque la “aguja” inflacionaria pincha la rentabilidad.
La agitada venta de automóviles en el mercado interno fue una de las banderas de la bonanza económica del modelo kirchnerista. Ahora en las concesionarias ya no perciben el furor o el interés por el cero kilómetro que caracterizó al 2010 y 2011.
Entre marzo y abril el comercio de automóviles creció apenas un 13%. El año pasado, el primer cuatrimestre cerró con una suba del 30%. En las empresas califican como brusca la desaceleración y dicen que los nuevos propietarios están limitados a abonar las cuotas o planes que les permitieron renovar o acceder a un nuevo rodado.
El enfriamiento de las actividades repercutió en los ingresos públicos. El ministro de Economía, Carlos Parodi, confirmó, en la edición de ayer de El Tribuno, un menor crecimiento en los ingresos públicos. Al tener en cuenta enero y febrero, la recaudación dio un salto anual del 30%, pero en abril solo llegó al 17%.