Un verdadero rompecabezas se le presentó ayer a la Policía de General Güemes, cuando una mujer de 27 años, identificada como Silvana Morales, llegó a la comisaría local diciendo haber hallado el cadáver de su papá, calcinado, sobre la ruta provincial 87, a 7 kilómetros de la ciudad.
La mujer identificó al fallecido como Beto Medina, de 44 años, un hombre que, aparentemente, vivía solo en el barrio San Isidro y quien estaba separado de su esposa, con quien tenía tres hijas, todas con su apellido y quienes coincidieron en declarar no conocer a Morales.
Los efectivos, junto a personal de Criminalística, Bomberos y especialistas del Cuerpo de Investigadores Fiscales (CIF), concurrieron al lugar señalado por la denunciante, donde efectivamente, hallaron, en un yuyal y frente a una grutita, que recuerda el deceso del mejor amigo de Beto Medina, un cuerpo totalmente carbonizado y, a su lado, una bicicleta y un envase de jugo. Silvana Morales dijo que era su padre, ya que aseguró que hace algunos días él le había mandado un mensaje de texto diciendo que iba a visitar a su mejor amigo. Sin embargo, nada está claro porque aún no ha podido certificarse la identidad del fallecido. Lo que sí está es contundente, es que Medina siempre fue un personaje misterioso y quien, al parecer, aún estaba enamorado de la madre de Silvana, la que, sin embargo, ya tenía pareja.
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Un verdadero rompecabezas se le presentó ayer a la Policía de General Güemes, cuando una mujer de 27 años, identificada como Silvana Morales, llegó a la comisaría local diciendo haber hallado el cadáver de su papá, calcinado, sobre la ruta provincial 87, a 7 kilómetros de la ciudad.
La mujer identificó al fallecido como Beto Medina, de 44 años, un hombre que, aparentemente, vivía solo en el barrio San Isidro y quien estaba separado de su esposa, con quien tenía tres hijas, todas con su apellido y quienes coincidieron en declarar no conocer a Morales.
Los efectivos, junto a personal de Criminalística, Bomberos y especialistas del Cuerpo de Investigadores Fiscales (CIF), concurrieron al lugar señalado por la denunciante, donde efectivamente, hallaron, en un yuyal y frente a una grutita, que recuerda el deceso del mejor amigo de Beto Medina, un cuerpo totalmente carbonizado y, a su lado, una bicicleta y un envase de jugo. Silvana Morales dijo que era su padre, ya que aseguró que hace algunos días él le había mandado un mensaje de texto diciendo que iba a visitar a su mejor amigo. Sin embargo, nada está claro porque aún no ha podido certificarse la identidad del fallecido. Lo que sí está es contundente, es que Medina siempre fue un personaje misterioso y quien, al parecer, aún estaba enamorado de la madre de Silvana, la que, sin embargo, ya tenía pareja.