Ayer, a pocas horas del primer paro nacional contra los gobiernos kirchneristas en ocho años, Cristina Fernández de Kirchner pronunció un encendido discurso en el que, sin nombrarlos, atacó a quienes hoy aparecen en la primer fila de la oposición a su gobierno: Hugo Moyano y Daniel Scioli. Criticó en duros términos la medida de fuerza, y anunció que la movilización a Plaza de Mayo no estará custodiada por las fuerzas de seguridad.
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Ayer, a pocas horas del primer paro nacional contra los gobiernos kirchneristas en ocho años, Cristina Fernández de Kirchner pronunció un encendido discurso en el que, sin nombrarlos, atacó a quienes hoy aparecen en la primer fila de la oposición a su gobierno: Hugo Moyano y Daniel Scioli. Criticó en duros términos la medida de fuerza, y anunció que la movilización a Plaza de Mayo no estará custodiada por las fuerzas de seguridad.
Los dardos contra el camionero no cesaron. Pese a las especulaciones, la jefa de Estado ratificó el impuesto a las Ganancias. En este sentido, la Presidenta aseguró que “la inmensa mayoría, el 81 por de los trabajadores registrados en el país, no paga el impuesto a las Ganancias”. Así también se quejó de quienes consiguen subas salariales por “capacidad de presión”.
En relación a la movilización a Plaza de Mayo puntualizó que ni la Policía ni Gendarmería custodiarán la marcha. “Quieren que haya violencia desde algún sector político y gremial, no tengo dudas”, afirmó.
También vinculó el reclamo de los Camioneros al de la facción rebelde de la Uocra en el Cerro Dragón de Chubut, que término con el accidente en el que murieron siete gendarmes que habían prestado sus servicios en la toma de la petrolera. En este sentido, la Presidenta se posicionó y defendió la labor de los uniformados al remarcar que “no es justo tampoco que los trabajadores (de las fuerzas) tengan que ser insultados, escupidos o empujados”. Sin tapujos, afirmó que las protestas vinieron de “los que más se beneficiaron en los últimos años”.
El punteo para la movilización
En una suerte de chicana, Moyano había ofrecido bajarse de su postulación a una re-reelección en la CGT si es que desde el Gobierno se anunciaba antes un cambio en Ganancias. El anunció nunca llegó por lo que se mantuvo en pie de guerra el paro y la movilización.
Sin lugar a dudas, la medida de fuerza dividió al sindicalismo nacional teniendo en cuenta que faltan apenas dos semanas para las elegir la nueva conducción de la CGT. En una fuerte demostración de fuerza, una treintena de gremios moyanistas marcharán hoy hacia la Plaza de Mayo. Otra columna grande estaría encabezada por el líder gastronómico Luis Barrionuevo. Y aquí es donde queda al desnudo la mayor dificultad que tuvo el camionero: no pudo contar con la adhesión de ninguno de los gremios “grandes”. Los metalúrgicos (UOM), los mecánicos (Smata), los albañiles (Uocra) y los estatales de UPCN anunciaron que no adherirán a la medida.
Asimismo, por fuera de la interna Moyano-Cristina, algunos sectores amagaron con su presencia pero finalmente no lo harán. Es el caso de la CTA de Pablo Micheli y la Federación Agraria. Sin embargo, organizaciones políticas de la izquierda como la Corriente Clasista y Combativa, Barrios de Pie y el Frente de Izquierda movilizarán con columnas independientes al líder camionero. Mientras, algunos analistas especularon con otros actores coyunturales como los caceroleros de los que resta esperar cuanto pueden aportar a la movilización que se espera sea masiva.
Por otra parte, Cristina atacó al gobernador bonaerense Daniel Scioli, a quien le pidió que “aprenda a gestionar” tras el pedido del mandatario.