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Muere testigo de Jehová que se negó a transfusión

Martes, 05 de junio de 2012 21:42
Pablo Albarracini es otro testigo de Jehová que se niega a recibir sangre por cuestiones religiosas. Fue baleado durante un asalto.

Una joven perteneciente a la congregación Testigo de Jehová murió en el norte entrerriano por negarse a recibir una transfusión de sangre, confirmó ayer el director del Hospital Garat de Concordia, Alberto Rotman. Es el segundo caso en poco tiempo de practicantes de esa fe religiosa que necesitan ayuda médica pero se niegan a recibirla por sus creencias: Pablo Albarracini está en estado crítico, tras recibir tres disparos durante un robo.

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Pablo Albarracini es otro testigo de Jehová que se niega a recibir sangre por cuestiones religiosas. Fue baleado durante un asalto.

Una joven perteneciente a la congregación Testigo de Jehová murió en el norte entrerriano por negarse a recibir una transfusión de sangre, confirmó ayer el director del Hospital Garat de Concordia, Alberto Rotman. Es el segundo caso en poco tiempo de practicantes de esa fe religiosa que necesitan ayuda médica pero se niegan a recibirla por sus creencias: Pablo Albarracini está en estado crítico, tras recibir tres disparos durante un robo.

La mujer, identificada como Iris Fracalossi, de 35 años, residía en Villa del Rosario, una localidad rural del noreste entrerriano de 2.000 habitantes, situada casi en el límite con la provincia de Corrientes.

La joven contrajo neumonía y por consejo de un médico de esa localidad fue trasladada hasta el sanatorio Garat de Concordia, donde, luego de estar internada 15 días, murió el 26 de mayo tras negarse a ser transfundida. Iris era soltera y trabajaba como niñera y empleada doméstica en la pequeña localidad.

Vecinos de esa localidad reconocieron que la muerte de la joven causó una profunda conmoción entre los habitantes del pueblo. “Ella era muy trabajadora y una buena muchacha pero, lamentablemente, por sus creencias religiosas, se negó a que le hicieran una transfusión de sangre y murió”, contó Ana, una vecina.

El deceso se había mantenido en el más estricto silencio por parte de sus familiares, pero los constantes reclamos para que Iris concurriera a sus lugares de trabajo hicieron que finalmente la noticia se difundiera en el pequeño pueblo.

La mujer comparó el caso con el de Pablo Albarracini, el testigo de Jehová que fue baleado en Buenos Aires y que también se niega a recibir sangre por cuestiones religiosas, postura que dejó asentada en un documento.

Albarracini ya fue operado dos veces. Su padre Jorge, desesperado, recurrió a la Justicia y la Corte Suprema priorizó la libertad individual consagrada en la Constitución, al resolver que se respete su decisión de no recibir una transfusión de sangre debido a sus creencias religiosas.

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