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16 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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?La 5? prueba que el entorno no determina

Lunes, 16 de julio de 2012 02:34

José, Joaquín, Emanuel, Marcelo, Nacho, Enzo, Fede, Gabi, Alvarito, Lautaro y Franco son algunos de los chicos de “La 5”, como se hace llamar este grupo de amigos de barrio Limache.

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José, Joaquín, Emanuel, Marcelo, Nacho, Enzo, Fede, Gabi, Alvarito, Lautaro y Franco son algunos de los chicos de “La 5”, como se hace llamar este grupo de amigos de barrio Limache.

Con su historia nos encontramos casi de casualidad. José se comunicó con El Tribuno, preocupado porque su trabajo de los sábados, en donde también trabajan algunos de sus amigos, imposibilitaría que jueguen un torneo de fútbol en el marco de los Juegos de la Ciudad (Jucisa), impulsado por la Municipalidad de Salta y la Liga Salteña de Fútbol.

Al hablar con José nos encontramos con la otra parte de la historia: él y sus amigos no solo son fanáticos del fútbol, también de la música. Hace más de un año que tocan en una batucada. Así, llevan su alegre ritmo, a fiestas y eventos o por las calles del barrio Limache.

Son amigos desde chiquitos. Su amistad nació casi al mismo tiempo que su pasión por la pelota. Y ya jugaron varios torneos. José recuerda que en una oportunidad participaron del torneo Cebollitas y salieron cuartos. “No se nos dio, pero ahora entrenamos mucho más y jugamos mejor”, dijo risueño.

Viven en la quinta etapa de Limache, por eso se auto bautizaron “La 5”, aunque también dicen sentirse identificados con el nombre “Los tremendos”, que se lo pusieron casi jocosamente porque no es la sensación que transmiten cuando uno mantiene un diálogo con ellos. Los chicos de La 5 son alegres y algo tímidos, hasta que agarran sus instrumentos y hacen que esa alegría se vuelva música y se vaya la timidez.

Inseguridad

Saben que viven en un lugar difícil. Franco dice que el barrio sí es peligroso pero que ellos no sienten miedo... Es que ya están familiarizados con toda la gente que vive allí. Pero hay que tener cuidado. “A veces, de noche, los changos no te reconocen y te piden plata, que se yo... A veces nos pasa eso”, dijo Franco.

A este grupo de amigos les ha tocado ver situaciones violentas, cosas feas que pasaron en Limache. Franco dijo que a ellos les gustaría que el barrio sea mucho más unido, porque es un barrio grande y “hay bronca” entre la gente de las distintas etapas. “Todo el barrio se podría juntar y se podría armar algo lindo”, remarcó.

Ver gente drogarse en las esquinas es algo de todos los días para los chicos y admiten que les da un poco de miedo que alguien cercano a ellos caiga en eso porque es muy difícil salir. “Conocemos a un montón de changos que les pasó eso, que ahora están como perdidos. Creo que mientras estemos juntos a nosotros no nos va a pasar...”, destacó José. “Ver chicos tirados en la esquina nos hace tomar conciencia de cómo es la calle”, agregó Franco.

Franco es el más grande, tiene 18 años. José tiene 15. Las edades de los chicos oscilan entre esos números, pero también los hay más chiquitos. Las diferencias de edad no son un problema para este grupo de amigos. Eso, dicen, es algo que en realidad los volvió más unidos. Los más grandes los cuidan a los más chicos y tratan de aconsejarlos y darles el ejemplo. “Nosotros no nos drogamos, no tomamos, no fumamos... Yo creo que eso es algo bueno, porque ellos nos siguen mucho”, dijo Franco.

Ellos se sienten un poco un ejemplo porque pese a las dificultades económicas y al contexto que los rodea, tienen proyectos juntos. Les gusta la música, el deporte y saben que estudiar es su responsabilidad. Todos van al colegio y quieren seguir una carrera profesional cuando concluyan sus estudios en el nivel medio.

A Franco le gustaría seguir una carrera militar. José aún no lo tiene definido pero sí sabe que quiere continuar con sus estudios para “ser alguien en la vida”. El resto todavía tiene tiempo para pensar en eso.

Para despedirse hubo casi una fiesta. Sacaron sus instrumentos y le regalaron a El Tribuno su música. Al ritmo del cuarteto “¿Quién se ha tomado todo el vino?” y “El Negro José” despertaron de la siesta a muchos vecinos que se asomaron a escucharlos por la ventana de los departamentos. Su alegría es contagiosa.

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