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19 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Denuncian ocultamiento de torturas a los Giménez

Miércoles, 25 de julio de 2012 20:21
Denuncia 2. Hidalgo, que es esposa del comisario y abogado Nicolás Vedia, escribió que en su oficina hay hacinamiento.
Denuncia 3. Acusa que la esposa del jefe del departamento médico se halla, en Bienestar Policial, en el delito de usurpación de título.

La sargento de Policía Paulina Hidalgo, quien es licenciada en Trabajo Social, denunció que en el caso de los narcopolicías salteños atrapados el año pasado con un cargamento de 50 kilogramos de droga, se ocultaron en el seno de la institución, importantísimas pruebas médicas que acreditan que Carlos Giménez, uno de los hermanos del exoficial Gabriel Giménez, el máximo involucrado en el narcotráfico, fue salvajemente torturado por los efectivos que realizaban la investigación.

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Denuncia 2. Hidalgo, que es esposa del comisario y abogado Nicolás Vedia, escribió que en su oficina hay hacinamiento.
Denuncia 3. Acusa que la esposa del jefe del departamento médico se halla, en Bienestar Policial, en el delito de usurpación de título.

La sargento de Policía Paulina Hidalgo, quien es licenciada en Trabajo Social, denunció que en el caso de los narcopolicías salteños atrapados el año pasado con un cargamento de 50 kilogramos de droga, se ocultaron en el seno de la institución, importantísimas pruebas médicas que acreditan que Carlos Giménez, uno de los hermanos del exoficial Gabriel Giménez, el máximo involucrado en el narcotráfico, fue salvajemente torturado por los efectivos que realizaban la investigación.

La denuncia de Hidalgo, quien cumple funciones en el Departamento de Bienestar Policial, se conoció extraoficialmente ayer, pero habría sido presentada hace dos días ante el jefe interino de la División de Seguridad, Lucio Tolaba, el que, a su vez, siguiendo los procedimientos legales, la habría elevado ante un fiscal, cuyo nombre no trascendió en la víspera.

“Estoy pasando un mal momento, así es que no voy a hablar públicamente del caso”, dijo Hidalgo a El Tribuno en su despacho, situado en un incómodo recinto utilizado anteriormente para calabozos y ubicado en el primer piso del inmueble donde funciona el cuartel de Bomberos de la Policía, sobre la calle Deán Funes, unos veinte metros al sur de General Gemes.

El caso de los narcopolicías, que explotó el 25 de mayo de 2011, está siendo investigado por el Juzgado Federal 1, a cargo del magistrado Julio Leonardo Bavio, secretaría del letrado Santiago French.

Por el hecho se hallan acusados el exsubcomisario y exjefe de la División de Inteligencia Criminal Gabriel Giménez y su subalterno el exoficial Carlos Gallardo, quien estaba como titular de la unidad especial en la zona norte de la provincia. Además de ambos, que están presos, hay un tercero que se encuentra prófugo, el narcotraficante colombiano José Iraola Silverman y están involucrados judicialmente, pero en libertad, los hermanos de Giménez, Carlos (29) y Luis (42), quienes aseguran que la noche en que fueron atrapados por la Policía habían sido llamados por Gabriel, quien les había pedido telefónicamente ayuda, ya que su auto se había quedado atascado en el río Mojotoro.

En esa ocasión, una patrulla los detuvo, pero Gabriel e Iraola Silverman huyeron a campo traviesa por unos cañaverales. Poco antes, el oficial Gallardo había corrido la misma suerte, cuando huía en su vehículo.

Días después, Carlos denunció ante el fiscal federal Ricardo Toranzos haber sido sometido a una cruel sesión de torturas, dirigidas personalmente por el entonces secretario de Seguridad Aldo Rogelio Saravia y cuyos protagonistas habrían sido un tal “Demonio”, otro hombre apodado “Chino”, un tercero al que llamaban “Poroto” y otros dos: uno de gorra blanca y otro de gorra azul.

Por el caso se abrió una causa federal a Saravia, quien negó las acusaciones de Carlos, aunque las torturas en perjuicio del detenido fueron comprobadas por un médico de Gendarmería, “quien se tomó el trabajo de documentar los efectos de la golpiza sufrida por mi cliente mediante tomas fotográficas”, dijo a El Tribuno, en aquel entonces, el abogado Marcelo Arancibia.

Gabriel Giménez fue detenido el 9 de enero de este año, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.

La denuncia de la sargento Paulina Hidalgo gana fuerza superlativa en la actualidad, habida cuenta de la polémica desatada por un video sobre torturas policiales, registrado en la misma comisaría de General Gemes y en perjuicio de dos jóvenes, ya que hace pensar que los apremios ilegales son una práctica establecida, no controlada y jamás abandonada.

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