Lo que parecía un mero trámite, se convirtió minuto a minuto en una riesgosa apuesta. Mientras que el entorno de la presidenta Cristina Fernández fogoneaba una contramarcha al cacerolazo del jueves pasado, y ante un mesurado rechazo de algunos gobernadores “k”, el oficialismo decidió poner freno a la medida. Sin embargo, el kirchnerismo habló ayer de “ganar la calle para defender a Cristina”. Lo hizo sin decir cómo ni cuando, pero la advertencia quedó flotando en el aire.
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Lo que parecía un mero trámite, se convirtió minuto a minuto en una riesgosa apuesta. Mientras que el entorno de la presidenta Cristina Fernández fogoneaba una contramarcha al cacerolazo del jueves pasado, y ante un mesurado rechazo de algunos gobernadores “k”, el oficialismo decidió poner freno a la medida. Sin embargo, el kirchnerismo habló ayer de “ganar la calle para defender a Cristina”. Lo hizo sin decir cómo ni cuando, pero la advertencia quedó flotando en el aire.
La cancelación de la contramarcha tiene algunos matices imposibles de pasar por alto. Es que desde algunos sectores del Gobierno, y sobre todo de las administraciones provinciales, se teme que un posible fracaso de la convocatoria haga perder el control de la calle.
Lo cierto es que esta pulseada, avalada por organizaciones “jóvenes” como La Cámpora, la Eva Perón, Kolina, puede ser contraproducente.
De todos modos, lejos de quedarse quietos, el mandatario de San Juan, José Luis Gioja y el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, redoblaron la apuesta e insistieron en que tras los cacerolazos de la semana pasada, el oficialismo “también” puede ganar la calle.
“Como la semana pasada hubo gente que salió a la calle a reclamar con consignas poco claras, queremos que sepan que nosotros también sabemos ganar la calle y lo vamos a hacer”, enfatizó Coscia. Y Gioja coincidió con la necesidad de defender la gestión de Cristina, que es “un modelo de política inclusiva que no tiene retorno”.
Mucho más cauto fue el diputado kirchnerista Agustín Rossi, quien dijo que el Gobierno haría mal si se mueve del “contrato ante la sociedad rubricado en las elecciones del año pasado” y consideró que “hay que tomar con respeto la marcha, pero seguir gobernando de la misma manera en que lo venimos haciendo desde diciembre de 2011”.
Pero, el diputado nacional Facundo Moyano, hijo del líder de la CGT, aseguró que el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, “es la peor expresión del kirchnerismo” tras las críticas que hizo sobre el cacerolazo y cuestionó una posible reforma de la Constitución porque a su entender sería “una falta de respeto a la gente”.
Y la diputada Elisa Carrió afirmó que el cacelorazo fue contra el “fascismo” del Gobierno, y Abal Medina, es un “rico” que intenta terminar con la clase media.
Habrá una nueva convocatoria
Distintas convocatorias comenzaron a circular ayer a través de las redes sociales para llevar a cabo un nuevo cacerolazo contra el Gobierno el próximo viernes 28 en la Plaza de Mayo y diferentes puntos de la Ciudad de Buenos Aires y el interior del país.
Luego de la masiva movilización del jueves pasado, comenzó a circular en la red un nuevo llamado para protestar “en los mismos lugares” que el jueves pasado, a partir de las 20. El objetivo principal es rechazar la gestión de la presidenta Cristina Kirchner, aunque dentro de la convocatoria existen distintas consignas, como pedir mayor seguridad y protestar contra el cepo al dólar, la “corrupción” y la eventual reforma constitucional.