Al comedor Benjamín Moreira de Villa Chartas le cuesta subsistir. Desde hace once años ofrece bandejas de comidas para personas diabéticas o con síndromes del metabolismo como la hipertensión, dislipemias, sobrepeso, obesidad.
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Al comedor Benjamín Moreira de Villa Chartas le cuesta subsistir. Desde hace once años ofrece bandejas de comidas para personas diabéticas o con síndromes del metabolismo como la hipertensión, dislipemias, sobrepeso, obesidad.
Para la comisión directiva de la Fundación que administra el comedor es imposible continuar vendiendo las viandas a $16 y advierten que tendrían que aumentar $2 si es que no reciben una ayuda económica del Gobierno municipal.
La nutricionista responsable del comedor, Silvia Cabezas, informó a El Tribuno que solicitó al Concejo Deliberante una ayuda económica, pero que hasta ahora no tuvo respuesta.
Los costos de los alimentos, cada vez más altos, preocupa a los integrantes del comedor quienes creen que no por mucho tiempo podrán mantener las preparaciones que ofrecen al mismo precio.
El comedor funciona en uno de los salones del centro vecinal de Villa San José (Olavarría al 1.200) y ofrece un menú todos los días con entrada, plato principal y postre por $16. Las comidas son aptas para el consumo de las personas que tienen diabetes u otras enfermedades vinculadas con las alteraciones del metabolismo.
“Los integrantes de la comisión nos reunimos para analizar la situación de las viandas porque no podemos afrontar los costos de la materia prima ni los gastos fijos mensuales”, aseguró la nutricionista.
Cabezas comentó que a principios de junio inició las gestiones en el Concejo Deliberante capitalino para que le entregaran al comedor vegetales del mercado municipal San Miguel y así alivianar los costos.
“Me dieron el beneficio dos semanas, durante ese tiempo nos proveyeron con los productos que necesitábamos por lista, pero ahora mandan mucha menos verduras. Solo alcanza para sólo dos o tres días”, indicó la nutricionista, quien se esfuerza por completar las preparaciones de la semana sin tantos vegetales, alimento primordial para los diabéticos.
Actualmente en el comedor compran viandas unas 45 personas todos los días. De ese total hay cuatro familias enteras que se alimentan en el comedor y “sin lugar a dudas subir el costo de la viandas es un perjuicio para esas familias”, puntualizó.
Comedor propio: una
construcción en pausa
El año pasado, la Comisión Directiva de la fundación del comedor Benjamín Moreira presentó un proyecto para tener un edificio propio. La iniciativa, que fue aprobada por el Concejo Deliberante y por el que la Municipalidad capitalina se comprometía a construir y equipar el comedor de diabéticos en un terreno propio, hasta ahora no tuvo avances.
La iniciativa la propuso la nutricionista Silvia Cabezas, quien evaluó que por los costos y por el servicio que ofrece el comedor debería tener un lugar propio y no continuar alquilando, como lo hace en la actualidad.
Cabezas, junto al resto de la comisión directiva de la fundación, acordó con los integrantes del centro vecinal de Villa San José destinar una parte del terreno de la entidad para la construcción de un edificio nuevo para el comedor.
La profesional indicó que hasta hoy no tienen ninguna noticia sobre la obra, a pesar de haber completado toda la documentación.