Urtubey ya no podrá negar, ni inventar argumentos culpando a El Tribuno de mentiras que no son tales.
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Urtubey ya no podrá negar, ni inventar argumentos culpando a El Tribuno de mentiras que no son tales.
La designación de Maximiliano Troyano como fiscal penal para ocupar uno de los cuatro cargos que deben crearse en el distrito centro ocupará la atención política en la semana que se inicia.
El gobernador Urtubey ya envió los nombres de los postulantes elegidos al Senado para su análisis y posterior designación, luego de un proceso que debe cumplirse con la exposición pública de los candidatos.
Los nombres ya están remitidos a la cámara alta y de ellos -la mayoría estrechamente vinculados al procurador Pablo López Viñals- el que hace ruido es el del exministro de Seguridad, quien obtuvo el puntaje más bajo de los 12 candidatos que se postularon para ocupar el neurálgico cargo de fiscal penal en el nuevo esquema de Justicia en la provincia.
El Senado deberá analizar ahora los pliegos de Gabriela Buabse, Mónica Poma, Pablo Rivero y Maximiliano Troyano. Para ello tendrá cinco días y luego deberá someterlos a la opinión pública, proceso en el cual cada uno deberá someterse a posibles y fundamentadas impugnaciones de miembros de la sociedad. Este plazo será de 10 días, después del análisis de los senadores.
Es allí justamente donde radica la fortaleza del sistema: la gente, fundamentando su opinión, podrá expresar su rechazo a la designación, aunque es de esperar que nada cambie el rumbo marcado a partir de la decisión del gobernador Urtubey. Troyano será fiscal penal.
Pero el ojo de la opinión pública, a esta altura de los acontecimientos, es inevitable. Por más que el gobernador intente falaces argumentos para justificar el nombramiento de un fiscal, que según el Consejo de la Magistratura obtuvo el puntaje más bajo de los postulantes, la gente estará atenta a lo que suceda con el proceso en el Senado y el costo político no tendrá otro destino más que la figura del propio Juan Manuel Urtubey.
Esto es algo que al parecer no advirtieron sus asesores.
La designación de los fiscales, no hace falta aclararlo, es una atribución que le compete a su investidura, pero Urtubey ya no podrá negar, ni inventar argumentos culpando a El Tribuno de mentiras que no son tales. Troyano es quien tiene el puntaje más bajo de los postulantes y su designación abre frentes entre los propios fiscales a cargo del Procurador.
En este punto, el fuego se dirige hacia otro sector y amenaza el terreno donde López Viñals puso su más cuidadoso empeño: la verticalidad entre los fiscales penales.
Resultó sugerente esta semana la publicación (en un medio que acostumbra a bajar información sin filtros desde el Ministerio Público), de una nota donde se asegura que López Viñals fue el gran marginado en años anteriores.
La nota, más allá de buscar un efecto en la opinión pública, habría generado cierto malestar entre los actuales fiscales penales que responden al Procurador: molestó que el crítico trabajo de las fiscalías aparezca hoy como un botín de guerra o un acto de revancha por parte de López Viñals. Algo que tampoco parecen haber advertido sus asesores.