La localidad bonaerense de Arrecifes no sale de su asombro. Emulando el caso de Lorena Bobbit, una estadounidense que en 1993 le mutiló el miembro a su marido porque la violaba, una mujer le cortó el pene con un serrucho a su pareja, cuando el hombre intentó obligarla a tener sexo en la casa que ambos compartían con sus hijas.
El caso tuvo como protagonista a Natalia Ludueña, de 28 años, quien decidió denunciar el caso, mientras que su concubino, que todavía permanecía internado, eligió prescindir de la presentación.
La pareja se había iniciado cinco años atrás y tiene una hija en común, pero según Ludueña, los malos tratos llegaron a tal extremo, que decidió alejarse del hogar dos años atrás.
Sin embargo, hace un mes, luego de recibir un compromiso de que “las cosas iban a cambiar”, volvió a la casa porque “no tenía adonde ir”, según contó la propia joven a los medios. “Los primeros dos días fueron maravillosos, después fue un desastre. Me pegaba, me insultaba, me rompía los ojos, no me dejaba trabajar, ni comer, ni vivir tranquila. Llegó un momento en que me sentía sofocada. Varias veces me pegó frente a mis hijas y yo hice la denuncia, aunque no todas las veces que me pegó”, reveló la mujer en declaraciones periodísticas.
La agresión llegó al extremo, según sus dichos, cuando el hombre intentó someterla sexualmente, y en ese momento ella, tras tomar un serrucho, le seccionó el pene.
“Ahora no sólo me golpeó sino que también intentó abusar de mí y yo me defendí. Él me quiso violar, me quiso forzar y por eso le corté el miembro, para que no lo vuelva a hacer conmigo ni con nadie más. Yo sé que estuvo muy mal, pero fueron dos segundos de mi vida que no pensé, o que pensé solamente en salvarme”, sostuvo la mujer.
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La localidad bonaerense de Arrecifes no sale de su asombro. Emulando el caso de Lorena Bobbit, una estadounidense que en 1993 le mutiló el miembro a su marido porque la violaba, una mujer le cortó el pene con un serrucho a su pareja, cuando el hombre intentó obligarla a tener sexo en la casa que ambos compartían con sus hijas.
El caso tuvo como protagonista a Natalia Ludueña, de 28 años, quien decidió denunciar el caso, mientras que su concubino, que todavía permanecía internado, eligió prescindir de la presentación.
La pareja se había iniciado cinco años atrás y tiene una hija en común, pero según Ludueña, los malos tratos llegaron a tal extremo, que decidió alejarse del hogar dos años atrás.
Sin embargo, hace un mes, luego de recibir un compromiso de que “las cosas iban a cambiar”, volvió a la casa porque “no tenía adonde ir”, según contó la propia joven a los medios. “Los primeros dos días fueron maravillosos, después fue un desastre. Me pegaba, me insultaba, me rompía los ojos, no me dejaba trabajar, ni comer, ni vivir tranquila. Llegó un momento en que me sentía sofocada. Varias veces me pegó frente a mis hijas y yo hice la denuncia, aunque no todas las veces que me pegó”, reveló la mujer en declaraciones periodísticas.
La agresión llegó al extremo, según sus dichos, cuando el hombre intentó someterla sexualmente, y en ese momento ella, tras tomar un serrucho, le seccionó el pene.
“Ahora no sólo me golpeó sino que también intentó abusar de mí y yo me defendí. Él me quiso violar, me quiso forzar y por eso le corté el miembro, para que no lo vuelva a hacer conmigo ni con nadie más. Yo sé que estuvo muy mal, pero fueron dos segundos de mi vida que no pensé, o que pensé solamente en salvarme”, sostuvo la mujer.
“No estoy arrepentida”
En declaraciones, Ludueña señaló que no puede decir que está “arrepentida” con su forma de actuar y que su pareja “está bien” porque el corte no llegó a afectarle vasos sanguíneos, por lo que recibió puntos de sutura y los médicos dijeron que después de dos meses va a poder “tener una vida sexual normal”.
“El no me denunció, yo sí hice la denuncia y conté que lo corté. Hoy tenemos una orden de restricción mutua”, dijo la mujer.