El príncipe Harry, tercero en línea al trono británico, comenzó un servicio militar de cuatro meses ayer viernes en Afganistán, como artillero de un helicóptero de ataque Apache, tras unas vacaciones que incluyeron un juego de billar desnudo en un hotel de Las Vegas.
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El príncipe Harry, tercero en línea al trono británico, comenzó un servicio militar de cuatro meses ayer viernes en Afganistán, como artillero de un helicóptero de ataque Apache, tras unas vacaciones que incluyeron un juego de billar desnudo en un hotel de Las Vegas.
Esta es la segunda misión en Afganistán del príncipe de 27 años, que en los próximos 10 días comenzará a volar en la intranquila provincia de Helmand, dijo el ejército británico. Entre 2007 y 2008, Enrique sirvió en Helmand como controlador de tráfico aéreo.
Lucía algo cansado
Luciendo relajado y quizás algo cansado, el príncipe hizo una señal de aprobación con su pulgar el viernes tras un largo viaje en un vuelo militar desde Inglaterra hasta el Campamento Bastión de Gran Bretaña, una extensa base en el desierto cerca del poblado sureño afgano de Lashkar Gah.
El capitán Harry de Gales, como se le conoce militarmente, lució su uniforme de combate y se unió a su unidad de 100 miembros: el Escuadrón 662 de la fuerza aérea.
Como parte del equipo de dos hombres en el Apache, Enrique será tanto copiloto como el artillero responsable de disparar los cohetes aéreos montados en un ala del Apache, misiles Hellfire dirigidos con láser y ametralladoras de 30mm.
Gran Bretaña tiene unos 9.500 soldados en Afganistán, principalmente basados en la provincia de Helmand, y ha sufrido 425 bajas desde que comenzó sus operaciones allí en 2001.
“Es un gran honor para él”
“El príncipe Harry, como cualquier soldado, considera un gran honor representar a su país en las fuerzas armadas de su majestad donde sea que se decida enviarlo”, dijo el Palacio de St James en un comunicado divulgado ayer.
Enrique no hizo comentarios al llegar a Helmand. Y tampoco se espera que hable públicamente de su trabajo en las próximas semanas.
Un posible castigo
En el Reino Unido y otros países del mundo se comentó ayer que la vuelta del príncipe inglés a Afganistán estaría relacionada con una suerte de castigo de su padre, o de la propia reina Isabel II, luego de que el heredero fuera fotografiado desnudo en un hotel de Las Vegas con una acompañante VIP.
La comparación con la suerte de su hermano, William, nace naturalmente. Mientras este se pasea felizmente casado con una mujer acorde a los gustos y modos de su majestad, aquel vuelve a ser destinado a uno de los países más conflictivos y peligrosos del mundo, aunque se sobreentiende que nunca su humanidad será puesta en peligro por sus superiores en el ejército inglés.
Por lo demás, cabe recordar que las opiniones de los súbditos ingleses acerca del episodio de Las Vegas fueron casi unánimes de aprobación para las andanzas de Harry. Numerosas personas, especialmente hombres se rieron de las fotos y expresaron que “si no los hace el príncipe, quién más puede darse esa clase de gustos y acceder a esa clase de placeres”. Interesantes definiciones.