“Nadie que tenga un guante, y menos en Argentina, me puede ganar. Sigo siendo la reina”, proclamó con lágrimas e impotencia la formoseña Marcela “la Tigresa” Acuña, tras sentirse despojada por el insólito empate fallado en la pelea con la mendocina Yésica Marcos, que retuvo los títulos supergallo de la AMB y OMB.
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“Nadie que tenga un guante, y menos en Argentina, me puede ganar. Sigo siendo la reina”, proclamó con lágrimas e impotencia la formoseña Marcela “la Tigresa” Acuña, tras sentirse despojada por el insólito empate fallado en la pelea con la mendocina Yésica Marcos, que retuvo los títulos supergallo de la AMB y OMB.
Los 45.000 asistentes al combate recibieron con incredulidad el resultado que benefició escandalosamente al Bombón Asesino, luego de 10 rounds con manifiesta superioridad de su adversaria.
Envuelta en llanto, la formoseña -extitular supergallo AMB- desechó la posibilidad de revancha y mandó a su rival “a laburar”, luego de haberse hecho “famosa con la Tigresa”.
Del jurado, la Tigresa Acuña prefirió, de momento, “ni hablar” por su vergonzoso fallo dividido en una pelea que la tuvo como dominadora indiscutida.