La historia de un sacerdote expulsado por tener una hija y que confiesa estar enamorado de “una gringa” generó una amplia repercusión en Corrientes, donde el caso reactivó el debate mediático porque el cura reclama que la Iglesia otorgue el celibato opcional y no obligatorio.
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La historia de un sacerdote expulsado por tener una hija y que confiesa estar enamorado de “una gringa” generó una amplia repercusión en Corrientes, donde el caso reactivó el debate mediático porque el cura reclama que la Iglesia otorgue el celibato opcional y no obligatorio.
El hecho acaba de sorprender a la opinión pública correntina porque el sacerdote, Angel Maidana, de 40 años, está dispuesto a impulsar el debate dentro de la Iglesia y trascendió ayer que, junto con otros sacerdotes del resto del país, prepararían un petitorio para el papa Francisco con la intención de discutir formalmente la prohibición de tener pareja o familia.
Maidana, de 40 años, confesó que está enamorado desde hace varios años de la madre de su hija y que le dio su apellido a la niña cuando nació, razones por las que un tribunal eclesiástico del Vaticano lo expulsó, tras rechazar el pedido de renuncia que le giró el arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnick.
“El celibato debe ser opcional”, dijo el cura expulsado en declaraciones a la prensa local en las que, además, le pidió a las autoridades de la Iglesia católica que “se saquen la careta”.
“Hay que sacarse la careta porque dentro del Arzobispado (de Corrientes) hay quienes ejercen títulos como cancilleres, son sacerdotes, pero tienen hijos”, aseguró quien hace 17 años que se ordenó sacerdote.