Se dice que Humanidades oculta un desborde presupuestario que no se fundamenta en cuestiones académicas, sino en la compra de favores y voluntades...
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Se dice que Humanidades oculta un desborde presupuestario que no se fundamenta en cuestiones académicas, sino en la compra de favores y voluntades...
Realmente me parece ridículo, esa es la falta de argumentación absoluta y una afrenta a la inteligencia. No hay ninguna facultad que sepa estrictamente cuánto va a gastar en su planta docente. Por algo la Secretaría de Políticas Universitarias convoca a la planilla B cerca de fin de año -que espero ser convocada para ver cómo se reparte-. Bajo ningún concepto estas modificaciones pequeñísimas a cargos de auxiliares se hicieron con fines electorales.
¿Es una cuestión presupuestaria y administrativa o política?
Viene de que Humanidades es la única facultad opositora, la única a la que pretenden hacer una auditoría, cuando clama a gritos una auditoría externa toda la universidad de Salta, incluidas las sedes regionales, pero qué casualidad que la única unidad académica que según ellos está desbordada y amerita una auditoría es la única facultad opositora.
¿Esta gestión pone el eje en lo económico y no en las necesidades y políticas académicas?
En radio Aries el propio rector Víctor Claros reconoció que el tema es político. Dijo: “Lo que pasa es que toman el rectorado porque no ganó la candidata a rectora que ellos proponían”. Es un cambio de eje y una vuelta de tuerca que yo celebro realmente. Porque el tema no es financiero sino político.
El resto de los decanos no quiere dar quórum para abrir el debate...
Aclaro que la única facultad que nunca dejó de trabajar es Humanidades. Las que cerraron sus puertas en detrimento de sus estudiantes son las otras facultades. El tema del aislamiento es importante, porque temen que se pongan críticos sus propios estudiantes y se unan a los de Humanidades. El descontrol es absoluto, pero el culpable, el chivo expiatorio y el pato de la boda es Humanidades.
La resolución Nº 340/13 del Consejo Superior de la UNSa, ¿en qué medida lesiona los derechos laborales de los docentes?
Los lesiona de manera totalmente sensible, puesto que en las universidades públicas el acceso a las carreras académicas se hace por concursos, la jerarquización se hace por concursos y en nuestro caso particular nos perjudica enormemente, puesto que hemos entrado a un proyecto especial de la Secretaría de Políticas Universitarias que se llama PROUN 2, que consiste en la jerarquización de cargos simples, principalmente de auxiliares -que son auxiliares de docencia que no tienen sueldos muy altos-, pero uno de los requerimientos del PROUN 2 es que el cargo base, para poder acceder al aumento de dedicación, tiene que ser regular. Y para ser un cargo regular tiene que pasar por un concurso.
El presupuesto tiene diversos incisos y no se determina en su totalidad a principios de año ¿para ello existe la planilla B?
Hay una administración centralizada de los fondos que se hace cargo de conseguir los fondos para las plantas aprobadas y eso no ha sucedido. Lo que hacen los consejos directivos de cada facultad es la aprobación del presupuesto. Los gastos de personal prevén el manejo del presupuesto destinado a los sueldos de los docentes y a nuestra facultad -como a otras, supongo- se le asignaron créditos menores a la planta docente real porque teóricamente se está esperando una segunda planilla, la B. Digamos que el presupuesto no viene todo a comienzo de año porque dentro de la torta presupuestaria hay diversos incisos. En el inciso 1 van los gastos de personal y como es tan variable, en el sentido de docentes que se jubilan, fallecen, aumentan su jerarquía o piden reducción de dedicación, no se manda todo el presupuesto, por eso viene la planilla B. Pero el responsable de financiar las necesidades de las dependencias es el Consejo Superior y de la gestión de los fondos es el rector.
Entonces la resolución 288/13, que posibilitó la centralización del uso de las economías por parte de las facultades, viene a ser el meollo de la cuestión.
Efectivamente, porque veníamos trabajando con dos resoluciones de larga data que nunca perdieron vigencia: la resolución 187 de 1996 y la 527 de 2006, que daban la posibilidad de hacer uso de las economías a las facultades. Después empezaron a circular memorandos y circulares internas, en las que daban cuenta de la incapacidad de controlar de parte de la Secretaría Administrativa, pero es la función de ellos. Si la Secretaría Administrativa -que depende del Rectorado- es incapaz de hacer el trabajo para el cual está designada, me eximo de comentarios. En agosto de este año se emitió la resolución 288 del Consejo Superior. En la parte de sus considerandos dicen el secretario administrativo y el contador administrativo contable que tienen imposibilidad de controlar las plantas docentes, que resulta increíble por la gran informatización que permite la tecnología para el cruce de datos.
Además hay un pedido de información puntual en esa resolución...
Se nos pide a todas las facultades que en el término de 30 días, que se cumplían el 7 y 8 de septiembre, presentemos una descripción de nuestras plantas docentes. Humanidades cumplió en tiempo y forma, presentando el informe el 9 de septiembre.
¿Cuál es el génesis del conflicto?
En el medio de este análisis surgen dos resoluciones: la 339/13 y la 340/13. La 339 era para pagar el legítimo abono de docentes de la Facultad de Humanidades a las cuales, sin mediar resolución ni notificación previa, se les había cortado una parte de su salario, cargos muy pequeños de personas que tenían muchísimos alumnos y encuadrados en resoluciones aún vigentes. Entonces empezamos una ardua tarea para que se les restituyera el legítimo abono a nuestras compañeras.