“Fíjese las cosas que tiene la historia: en el año 2009 se establece que el cuarto domingo de octubre van a ser las elecciones, sean presidenciales o parlamentarias. Después muere Néstor Kirchner. Y este año el cuarto domingo de octubre ... es 27”. El repaso del Código Electoral hace trastabillar a Oscar Parrilli, que se emociona y queda al borde del llanto cuando recuerda que las elecciones legislativas de 2013 coinciden con el tercer aniversario de la muerte del ex jefe de Estado.
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“Fíjese las cosas que tiene la historia: en el año 2009 se establece que el cuarto domingo de octubre van a ser las elecciones, sean presidenciales o parlamentarias. Después muere Néstor Kirchner. Y este año el cuarto domingo de octubre ... es 27”. El repaso del Código Electoral hace trastabillar a Oscar Parrilli, que se emociona y queda al borde del llanto cuando recuerda que las elecciones legislativas de 2013 coinciden con el tercer aniversario de la muerte del ex jefe de Estado.
La conmoción del secretario general de la Presidencia no hace más que reflejar la plena vigencia del impacto emocional que sufrió el kirchnerismo (y el resto del país) el miércoles 27 de octubre de 2010, cuando a las 10.13 se oficializó públicamente lo que nadie se animaba a confirmar: “Murió Néstor Kirchner”.
Desde entonces pasaron tres años y una reelección con el 54% de los votos, pero hoy la ausencia del fundador del denominado Proyecto Nacional y Popular se hace sentir de manera particular: con Cristina Kirchner convaleciente e imposibilitada de votar, el escenario electoral se muestra desfavorable y amenaza con marcar el inicio de la transición hacia un cambio de proyecto político; como en 2010, el 27 de octubre vuelve a ser un punto de inflexión para el kirchnerismo.
“Es una ironía del destino que, el mismo día que se conmemora un nuevo aniversario de la muerte de Néstor, se vote y el kirchnerismo saque un resultado negativo”, considera Alberto Fernández, quien le cuenta a Infobae que recuerda “con un enorme cariño” al ex mandatario: “Aunque en los últimos años tuve muchas diferencias con él, viví una experiencia maravillosa que fue ayudarlo a gobernar durante todo su mandato. Además tengo presente que fue un hombre muy dedicado en esos años, cuando todos los indicadores (económicos) eran positivos”.
Al evaluar las consecuencias políticas de la muerte de Kirchner, el ex jefe de Gabinete señala: “Irónicamente provocó un gran resultado en las urnas -en 2011- porque muchos se solidarizaron con Cristina, pero al mismo tiempo significó el fin de la construcción política; con el fallecimiento de Néstor, la Presidente perdió al verdadero hacedor de las políticas y el proyecto mutó”.
“el trabajaba para controlar la inflación, evitar el déficit fiscal y cuidar las reservas; con la obsesión que tenía por el ahorro, si viera cómo dilapida los fondos Cristina, se lamentaría y no podría creer que esto que vemos hoy es parte del proyecto que forjó”, concluyó el ex funcionario kirchnerista.
Para Jorge Taiana -primer candidato a legislador porteño por el Frente para la Victoria- las sensaciones son ambiguas: “Es un día con sentimientos encontrados, porque votar siempre es una fiesta pero al mismo tiempo vivimos una jornada de recuerdos y de recogimiento”.
Entre las restricciones y la emoción
Limitados por la veda electoral, los homenajes por el tercer aniversario del fallecimiento de Kirchner debieron adelantarse: el jueves, en el salón Pasos Perdidos del Congreso, el oficialismo recordó al ex Presidente con una reunión cargada de emoción. “Néstor fue un adelantado, un gran estadista”, valoró Daniel Scioli, quien le agradeció la influencia que tuvo en su formación: “Es el hombre que marcó mi carrera política y mi vida para siempre. Fue entusiasta, eso es lo que más me conmovió. Tenía una gran determinación, seguridad personal y confianza en el pueblo argentino y la fuerza del país”, destacó.
El 27 de octubre vuelve a poner al kirchnerismo ante un nuevo desafío que lo obliga a reinventarse. En 2010, tras la muerte de Néstor, todos se encolumnaron detrás de la figura de Cristina y así se gestó el triunfo aplastante de las elecciones presidenciales de 2011. Tres años después, el reto es hacer una buena lectura de la elección legislativa y comenzar a definir quién será su candidato en 2015.