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14 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Villas miseria que asustan

Miércoles, 30 de octubre de 2013 01:59

Como en otros tantos aspectos, la Capital Federal se distingue del país en muchas cosas. Por eso, a nadie le sorprendió que en el último censo realizado en 2010 la cantidad de pobladores haya sido la misma que hace dos décadas atrás, es decir 2.800.000 habitantes.

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Como en otros tantos aspectos, la Capital Federal se distingue del país en muchas cosas. Por eso, a nadie le sorprendió que en el último censo realizado en 2010 la cantidad de pobladores haya sido la misma que hace dos décadas atrás, es decir 2.800.000 habitantes.

Mientras tanto, todo el conglomerado del Gran Buenos Aires, formado por 19 partidos, sigue aumentando, aunque no en la proporción de tiempos atrás. Tal es así que desde 1991 los habitantes crecieron muchísimo hasta llegar, en este cinturón, a 11 millones de personas. Si le sumamos Rosario, aquí se agolpa un tercio de la población argentina.

Santiago del Estero fue la provincia que más habitantes perdió por las migraciones, debido fundamentalmente a la gran crisis mundial de la década del '30.

Este aluvión que llegó de casi todas las provincias se encontró, por supuesto, sin casa para vivir.

Aquí surgieron las viviendas precarias de chapa y cartón, que todavía se mantienen hoy, pero en mucha mayor cantidad.

Como al comienzo, los problemas mayores son la inseguridad, la venta y consumo de drogas. La construcción, aunque precaria, sigue en el 65 por ciento de las villas.

En este momento, Chaco es la provincia que más deriva población, por la falta de trabajo estable y porque nunca se industrializó.

Las que menos aportan migrantes son: Chubut, Río Negro, Neuquén, San Luis, Mendoza, La Rioja, Catamarca y San Juan.

Siempre La Matanza

Por su importancia en el número de votantes y por la gran concentración humana, siempre se menciona a La Matanza como un ejemplo tipo de concentración irregular.

Solamente en este partido viven más de 120 mil familias, en segundo lugar esta Quilmes, tercero Moreno y la menor influencia es en Vicente López, al norte del Gran Buenos Aires.

En apenas cinco años, noventa nuevas villas miserias se han creado en el Gran Buenos Aires. Más de quinientas mil familias viven en los asentamientos del conurbano, la gran mayoría extranjeras, según un relevamiento realizado por la ONG “Un techo para mi país”.

Las condiciones de vida siguen siendo degradantes como siempre: la basura está por cualquier lado, los incendios por la fácil acumulación de residuos son comunes y los cursos de agua, como el tristemente célebre Riachuelo, son de los más sucios del mundo.

Oleada extranjera

El padre del conocido periodista Horacio Verbitsky fue un buen escritor. Entre sus obras se destaca “Villa miseria también es América”, en el cual denuncia las condiciones de vida de los que llegan, dentro y fuera del país.

En aquellos tiempos se llamaban conventillos y eran ocupados también por los europeos. Hubo muchos intentos de terminar con estos asentamientos, destacándose los realizados durante la dictadura militar que gobernó entre 1976 y 1983.

Los extranjeros que llegan hasta nuestras tierras son principalmente de los países limítrofes, además de Perú. A pesar de que en Buenos Aires el costo de vida es caro, el salario a simple vista les parece conveniente.

Además, la Argentina, hay que destacarlo, es un país de puertas abiertas, que como sabemos otorga la radicación en forma rápida y sin mayores problemas, como ocurre en otras partes del mundo.

Muchos connacionales se quejan de esta oleada y reaccionan porque ven varios defectos: le quitan trabajo a los nuestros, van a la escuela gratuitamente y hasta conciben sus hijos en hospitales argentinos, siempre sin pagar.

Advertencia de la ONU

A través de un informe de la relatora brasileña Raquel Roinik, las Naciones Unidas advirtieron la escasez de viviendas que sufre nuestro país. Es más, la ONU advierte que las villas miserias aumentan al igual que las casas tomadas, los conventillos y las personas que viven en situación de calle. Esto último es visible a simple vista en las grandes ciudades.

El 25 por ciento de los hogares nacionales sufre de la falta de viviendas, es decir que haría falta construir tres millones de unidades habitacionales para suplir el déficit. Además, como es común advertirlo, en las denuncias públicas faltan créditos de largo plazo y bajo interés, sumado a la poca transparencia en la adjudicación de viviendas.

Según un informe de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, el 13 por ciento de los pobladores no tienen agua corriente, el 27 por ciento carece de gas domiciliario, el 35 por ciento de cloacas y el 20 por ciento de pavimento frente a sus viviendas.

El caso bonaerense

En el Gran Buenos Aires son más de 500 mil las familias que viven en los asentamientos. En los últimos cinco años se crearon otros 90.

Hay varias villas, cercanas y dentro de la Capital Federal, que son noticia en forma permanente.

Solamente en la Capital Federal viven en estas condiciones más de 200 mil personas, es decir un 50 por ciento más que en el 2001.

La más poblada es la 21-24, situada en el barrio de Barracas. Abarca 24 manzanas y tiene más de 45 mil habitantes.

Otra tristemente célebre es la 1-

11-14, situada en el Bajo Flores, exactamente frente al estadio de San Lorenzo de Almagro. Se llama así porque nació de la fusión de tres villas y allí viven, como pueden, más de 40 mil personas.

Los entendidos aseguran que la mayoría de sus habitantes son peruanos y que es el centro de distribución más importante de todo tipo de drogas. Hasta la Gendarmería teme ingresar allí.

La más antigua de la ciudad es la 31, la más céntrica de todas, dentro de la Capital Federal. Aunque parezca mentira, tiene edificios de hasta cinco pisos de altura y la mitad de sus residentes son extranjeros.

Está situada junto a la autopista de ingreso a Retiro, por lo que cualquier corte lo sufren a horrores los automovilistas porteños, tan intolerantes siempre.

Después de la 31 se agregó la 31 bis, a la vera del ferrocarril, tan cercana que las últimas casas instaladas la semana pasada “conviven” prácticamente con los automóviles.

Tiene página web propia, radio, biblioteca y hasta un canal de televisión. Uno de sus periodistas fue atacado y la noticia tuvo amplia repercusión.

El caso de Salta

En la ciudad de Salta, el 74 por ciento no tiene casa, según la agrupación Barrios de Pie, el 50 por ciento de los habitantes de esta capital lleva una vida paupérrima. 56 mil viviendas están habitadas por dos familias, mientras 26 mil hogares reúnen a tres personas por cada habitación.

Apenas el 26 por ciento tiene vivienda propia, y un tercio de ellos la levantó sobre un terreno que no le pertenece.

Como decíamos al comienzo, la ciudad de Buenos Aires presenta paradojas y contradicciones difíciles de comprender. Todos reconocemos que tiene lugares muy finos, barrios elegantes y una gran vida cultural. Pero también sus sombras.

Según la revista Condé Nast Traveler, la más prestigiosa del mundo, Buenos Aires es una de las mejores ciudades del planeta para hacer turismo. Además, fue calificada en primer lugar dentro de Latinoamérica, como mejor lugar de residencia.

Pero, simultáneamente, en los últimos años la ciudad de Gardel y Quino se convirtió en una ciudad peligrosa, no al estilo de las mexicanas, pero donde el hurto y el arrebato ya son moneda corriente.

Las famosas “salideras” son cosas de todos los días.

Lamentablemente, el primer lugar en cantidad de homicidios lo registra Rosario, que durante este año, en los primeros diez meses, ya sumó cerca de 200 asesinatos, la mayoría en plena calle.

 

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