Ochenta y dos años y una vitalidad increíble que lo impulsa a seguir transmitiendo sus conocimientos como técnico y maestro de la vida a cientos de chicos metanenses. Cecilio Coronel es un emblema de Metán, fue jugador de Central Norte de esa localidad y también del seleccionado, técnico de casi todos los equipos de la zona que jugaron torneos del Consejo Federal y actualmente es coordinador del fútbol juvenil de la Liga Metanense y entrenador de la primera división del cuervo del sur. Con su vida “hecha”, tras haber trabajado durante años en el ferrocarril y criado a sus hijos, Cecilio no se conforma y busca seguir conteniendo a los chicos a través del deporte.
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Ochenta y dos años y una vitalidad increíble que lo impulsa a seguir transmitiendo sus conocimientos como técnico y maestro de la vida a cientos de chicos metanenses. Cecilio Coronel es un emblema de Metán, fue jugador de Central Norte de esa localidad y también del seleccionado, técnico de casi todos los equipos de la zona que jugaron torneos del Consejo Federal y actualmente es coordinador del fútbol juvenil de la Liga Metanense y entrenador de la primera división del cuervo del sur. Con su vida “hecha”, tras haber trabajado durante años en el ferrocarril y criado a sus hijos, Cecilio no se conforma y busca seguir conteniendo a los chicos a través del deporte.
“Nací en Tucumán, pero a los dieciocho años vine a trabajar en el ferrocarril como soldador especialista y a jugar en Central Norte”, contó Cecilio, el popular “profe”, como le dicen.
Jugó 16 años en la primera del cuervo y durante ocho años formó parte del seleccionado metanense. Justamente su debut en esa selección es uno de los recuerdos imborrables para el profe, quien contó: “En 1954, debuté en el partido frente a Gemes. Yo jugaba de win izquierdo y tenía mucha desconfianza ese día. Hasta que por fin logré un gol, me sentí cómodo y tomé coraje. Así, terminé haciendo cinco goles esa tarde, aunque me anularon uno”.
Pero la pasión por el fútbol no se terminó al retirarse como jugador sino que Cecilio hizo que su vida siguiera ligada a este deporte, pero desde afuera del campo de juego, lugar que, hasta el día de hoy, no abandonó. “Estudie en el Instituto de Técnicos Deportivos de Buenos Aires y estuve quince días haciendo las prácticas en el Huracán de Babington y Brindisi del año 79”, recordó el profe Coronel.
Desde entonces condujo decenas de equipos convirtiéndose en un emblema para Metán. “Ahora estoy jubilado del ferrocarril y me siento cómodo haciendo lo que me gusta. Llevo una vida sana, estoy casado desde los 23 años y junto a mi señora criamos seis hijos. Ahora trato de aconsejar a los chicos que juegan en Metán, sacarlos del vicio. Esa es mi misión”, aseguró Coronel.
De acuerdo a su amplia experiencia, para el profe, la clave para trabajar con juveniles es: “No hay que exigirles mucho, hay que trabajar mucho en la preparación física. Los padres actúan mal muchas veces porque su misión es educarlos; para exigirles en lo futbolístico estamos los entrenadores”.
Es un técnico incansable, que vive para el fútbol, para contribuir y sumar su granito de arena en pos de un futuro mejor. “Siempre les digo a los chicos que tenemos que ser buenas personas, dejar los vicios y estudiar antes que nada”, dice Coronel.
La próxima semana comienza el Nacional Sub-17, cuya primera etapa se jugará en Metán y Rosario de la Frontera y los pibes metanenses, dirigidos por el “profe” Coronel, buscarán darle una gran alegría y devolverle un poco de todo lo que le dio al fútbol a lo largo de su vida.
Los “pollos” del profe
El profe Cecilio Coronel formó a cientos de jugadores, algunos de los cuales ahora intentan forjar su carrera como futbolistas. En el Argentino B, Alvaro Navarro, Cristian Huerta, Adrian Tévez, de Mitre, y Ramiro Arru, de Río Dorado, son algunos de los “pollos” del profe Coronel, que contribuyó con la formación de estos jugadores en sus inicios y ahora son figuras en sus respectivos equipos. Recordando aquellas épocas y viéndolos hoy jugar en el Argentino B, el profe Coronel expresó sus sentimientos diciendo: “Me siento orgulloso por haber compartido algo con ellos. Siempre traté de enseñarles desde mi experiencia. Ellos fueron respetuosos, se alejaron de los vicios y ahora viven del deporte”.
Una historia de vida que merece ser reflejada.