La Escuela Jacoba Saravia abrió sus puertas recién a las 8.15 de la mañana, quince minutos más tarde de lo previsto. María Magdalena Barreiro, la primera votante que se hizo presente en el establecimiento educativo, no pudo sufragar en la mesa 1040 ya que la máquina no funcionaba. “Primero me dijeron que ya iba a arrancar, después me rechazó el cartón, y más tarde directamente lo tiraba sin imprimir los candidatos que había elegido”, le dijo a El Tribuno.
“Después llegó una señorita que me dijo que debía ir a votar a otra mesa. Me llevó hasta las 1042 donde pude votar finalmente”.
Barreiro señaló que “a lo largo de mi vida fui fiscal en varias elecciones nacionales y provinciales, también presidenta de mesa, y la verdad que nunca me tocó vivir una irregularidad semejante como esta. Quiero denunciar esto porque los ciudadanos tienen derecho a saber qué pasa con este voto electrónico. Me superó totalmente la situación”, finalizó.
inicia sesión o regístrate.
La Escuela Jacoba Saravia abrió sus puertas recién a las 8.15 de la mañana, quince minutos más tarde de lo previsto. María Magdalena Barreiro, la primera votante que se hizo presente en el establecimiento educativo, no pudo sufragar en la mesa 1040 ya que la máquina no funcionaba. “Primero me dijeron que ya iba a arrancar, después me rechazó el cartón, y más tarde directamente lo tiraba sin imprimir los candidatos que había elegido”, le dijo a El Tribuno.
“Después llegó una señorita que me dijo que debía ir a votar a otra mesa. Me llevó hasta las 1042 donde pude votar finalmente”.
Barreiro señaló que “a lo largo de mi vida fui fiscal en varias elecciones nacionales y provinciales, también presidenta de mesa, y la verdad que nunca me tocó vivir una irregularidad semejante como esta. Quiero denunciar esto porque los ciudadanos tienen derecho a saber qué pasa con este voto electrónico. Me superó totalmente la situación”, finalizó.