Las damas y caballeros del Grand Bourg miran para otro lado, como si el narcotráfico no fuera de su incumbencia.
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Las damas y caballeros del Grand Bourg miran para otro lado, como si el narcotráfico no fuera de su incumbencia.
La presencia del narcotráfico en la Argentina es ya un hecho imposible de disimular. Y sus fronteras Norte, esto es, las de Salta y Jujuy, son puertas abiertas, sin vigilancia alguna, por las que pasan, como Juan por su casa, los cargamentos de drogas.
Además, existen en nuestro territorio gran cantidad de pistas ilegales en las que aterrizan a diario, digamos, aviones de la delincuencia. Como no hay radares, por más que el gobierno nacional se empecine en asegurar que los hay, el espacio aéreo fronterizo está convertido en un patio de recreo para los narcos. Ni radares ni gendarmes.
Los jueces federales, jujeños, tucumanos y salteños, entre ellos Miguel Medina, y Jorge Villada, presidente de la Cámara de Apelaciones de Salta, denunciaron, después de recibir el categórico apoyo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, falta de recursos para luchar contra el flagelo (ver detalles en nuestra edición del viernes 15 de este mes, página 24 y 25).
Como es habitual en ellos, funcionarios del gobierno cristinista nacional, rechazaron las críticas. La Corte Suprema había exigido el martes último al gobierno “la resolución urgente de los problemas planteados por los jueces del Norte que, entre otras cosas, solicitaron la designación de magistrados en juzgados que están vacantes, la habilitación de nuevos tribunales y el aumento de los recursos humanos en las secretarías penales y en las fuerzas de seguridad que colaboran en las investigaciones judiciales”. Los jueces señalaron también, y no es un tema menor, la ausencia de radares y escáneres en la frontera.
Y no nos olvidemos que la Iglesia, el viernes 8 del corriente mes había emitido una dura y similar advertencia sobre la situación.
Silencio de radio
La presencia del narcotráfico en el país y el deficiente estado de la seguridad en nuestras fronteras del Norte, son temas que preocupan. Los jueces federales de la región cumplen con la parte que les atañe al denunciar lo que está sucediendo, la Corte Suprema con su cometido, y los escuderos de la presidenta cumplen en negar la realidad, como siempre.
Y los funcionarios del gauchito Urtubey, ¿qué hacen?
¿Dicen algo, opinan sobre el asunto? No, señor. Ellos practican el silencio, si es que el silencio puede practicarse. Pero les concedamos esa posibilidad.
Desde que El Tribuno comenzó a denunciar en sus páginas el avance del narcotráfico y la indefensión en que se debaten nuestras fronteras, y de ello ya hace mucho tiempo, las damas y caballeros del Grand Bourg están calladitos. Miran para otro lado, como si el problema del narcotráfico que afecta a todos los argentinos no fuera de su incumbencia. ¿Loutaif, la Pace, Pablito, el Indio, la Fiore, y otros, no abren la boca por si las moscas?