Los estudiantes volvieron a las calles céntricas de la ciudad para mostrar a la comunidad que el conflicto en la Universidad Nacional de Salta aún persiste. La toma del Rectorado y del Consejo Superior continúa y, al parecer, las instancias de diálogo son inestables.
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Los estudiantes volvieron a las calles céntricas de la ciudad para mostrar a la comunidad que el conflicto en la Universidad Nacional de Salta aún persiste. La toma del Rectorado y del Consejo Superior continúa y, al parecer, las instancias de diálogo son inestables.
La segunda marcha de los estudiantes, que tuvo un poco menos de convocatoria que la primera por las malas condiciones del tiempo, mostró a los docentes, estudiantes y personal de apoyo molestos por la falta de respuestas de las autoridades de la universidad, pero, al mismo tiempo, seguros de continuar con la medida de fuerza. “Si ellos no quieren dialogar con nosotros, vamos a seguir con la medida de fuerza”, alertaron los estudiantes, que empezaron la protesta a las 19.30 junto a los que integran la Marcha Contra la Impunidad.
La firma de un acta compromiso presentada a las autoridades de la UNSa el jueves a la mañana no tuvo respuestas. Luis Cayo, vocero de la carrera de Filosofía de la UNSa explicó a El Tribuno: “El acta fue presentada al vicerrector Miguel Boso y él se comprometió a dar una respuesta de las autoridades el jueves a la tarde. Nunca llegó”.
Cayo manifestó que en el acta compromiso decía que si las autoridades la aceptan, “nos comprometías a levantar la medida de fuerza para que sesione el Consejo Superior”.
El descontento fue mayor cuando los estudiantes se enteraron que, ayer por la tarde, los decanos y vicerrectores estaban reunidos en la Facultad de Ciencias Económicas.
Esta semana el conflicto de la UNSa tomó mayor temperatura luego de que el secretario general de la universidad, Ricardo Falú, anunciara la intención de ir a la Justicia para destrabar el conflicto. Algo, que fue desmentido por otras autoridades de la universidad. El conflicto, que lleva 23 días, surgió cuando el Consejo Superior suspendió el llamado a concursos en la Facultad de Humanidades.