La comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado considerará mañana, con la intención del oficialismo de emitir dictamen, el proyecto de ley del Poder Ejecutivo para aumentar la carga impositiva sobre automóviles, motos, embarcaciones y aviones que la semana pasada aprobó la Cámara de Diputados.
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La comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado considerará mañana, con la intención del oficialismo de emitir dictamen, el proyecto de ley del Poder Ejecutivo para aumentar la carga impositiva sobre automóviles, motos, embarcaciones y aviones que la semana pasada aprobó la Cámara de Diputados.
Si bien la iniciativa se presentó como un aumento impositivo acotado a unidades de ‘alta gama‘, informes de cámaras empresarias dan cuenta de que, de sancionarse la ley tal como se aprobó en Diputados, incidirá sobre casi el 70 por ciento de los vehículos.
La reunión se realizará en el Salón ‘Arturo Illia‘ desde las 14 presidida por el senador kirchnerista Aníbal Fernández.
El proyecto, de firmarse mañana el dictamen, sólo podría ser discutido el miércoles en el recinto si la oposición ayuda con los dos tercios de los votos para habilitar el tratamiento, escenario que se presenta difícil de concretarse.
De lo contrario, si al Poder Ejecutivo le interesa la sanción de la ley deberá incluirlo en el temario de sesiones extraordinarias cuando venza la prórroga de las ordinarias el 9 de diciembre.
Mañana, entre las 18.30 y las 19, en el Senado se reunirán los presidentes de bloques en la comisión de Labor Parlamentaria para discutir la situación.
El jueves último, en el marco de la última sesión de la Cámara Baja, el proyecto impulsado por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, fue aprobado con 134 votos a favor, 21 en contra y 57 abstenciones, muchas de los diputados del bloque de la UCR.
En la sesión, el oficialismo informó que con la modificación tributaria, el Gobierno aspira a elevar de 800 millones a 1.000 millones de pesos la recaudación tributaria por vehículos de alta gama.
Sectores de la oposición coincidieron en que se trata de un proyecto para frenar la salida de dólares y reclamaron un sistema de actualización para evitar que el impuesto alcance a los vehículos de menor valor.
Pero las críticas más duras a la iniciativa provinieron de los sectores empresarios afectados, es decir las terminales automotrices, los fabricantes de motos y los concesionarios.