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Alberto Sileoni: ?Por supuesto que el aumento docente será menor al 25%?

Domingo, 10 de febrero de 2013 12:26

La distancia entre lo que piden de aumento salarial los docentes y lo que ofrece el Gobierno nacional parece dejar aún muy lejos un acuerdo. Si bien todavía hay tiempo, no falta mucho para el inicio de clases y las amenazas de paro siempre están latentes. “El piso salarial hoy está en $2.800 y por supuesto va a traspasar los $3.000”, afirmó el ministro de Educación, Alberto Sileoni. Distendido y de buen ánimo, recibió a El Tribuno en el Palacio Pizzurno y habló de todo: negó que haya habido un anuncio reiterado en el Gran Rex en relación a los 13 años de escolaridad obligatoria, señaló que los gremios docentes tomaron con “beneplácito” la suba de 20 por ciento en el mínimo de Ganancias y minimizó el impacto de los feriados para alcanzar 190 días de clase. Además, sostuvo que “no hay un tránsito de la escuela pública a la privada, sino una decisión temprana de las familias de enviar a los chicos a las escuelas privadas”.

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La distancia entre lo que piden de aumento salarial los docentes y lo que ofrece el Gobierno nacional parece dejar aún muy lejos un acuerdo. Si bien todavía hay tiempo, no falta mucho para el inicio de clases y las amenazas de paro siempre están latentes. “El piso salarial hoy está en $2.800 y por supuesto va a traspasar los $3.000”, afirmó el ministro de Educación, Alberto Sileoni. Distendido y de buen ánimo, recibió a El Tribuno en el Palacio Pizzurno y habló de todo: negó que haya habido un anuncio reiterado en el Gran Rex en relación a los 13 años de escolaridad obligatoria, señaló que los gremios docentes tomaron con “beneplácito” la suba de 20 por ciento en el mínimo de Ganancias y minimizó el impacto de los feriados para alcanzar 190 días de clase. Además, sostuvo que “no hay un tránsito de la escuela pública a la privada, sino una decisión temprana de las familias de enviar a los chicos a las escuelas privadas”.

Esta semana la Presidenta lanzó el plan quinquenal educativo, ¿cuáles son los puntos centrales?

Primero su carácter federal. Es interesante advertir que no hay escuelas nacionales pero sí una educación nacional. Ni una sola de las 45 mil escuelas depende directamente de este ministerio, pero nosotros tenemos la obligación de construir políticas para las 24 jurisdicciones. Un plan federal aprobado por unanimidad: ese no es un dato menor, porque hay provincias de diversas procedencias ideológicas y partidarias. Es una política pública de mediano plazo que tiene que ver con un presente un poco más optimista. Si el presente es muy amarrete, vos no podés pensar más allá del día de mañana. Queremos llegar al segundo bicentenario con deudas saldadas. Siempre saldar deudas te construye otros desafíos. Yendo a lo específico, queremos hacer un gran esfuerzo en la primera infancia. En estos días salieron cosas muy dolorosas para la sociedad argentina (se refiere al maltrato en el jardín de infantes Tribilín). No es casualidad que siempre los más débiles, que son los viejos y los niños, exijan más mirada del Estado. Vamos a construir 700 jardines maternales, necesitamos hacer mil jardines que sean destinados a que todos los chicos de cuatro años vayan a la escuela. Tenemos un remanente en la sala de cinco que estamos trabajando para incorporarlos a la escuela. Algún diario, que no nos sorprende por supuesto, dice: “El ministro reitera anuncios ya hechos”. No es así. Nosotros hemos pasado del 78 por ciento de cobertura en cinco años, cuando asumimos el Gobierno, al 92 por ciento. Y hemos pasado del 48 por ciento de cobertura en cuatro años al 70 por ciento. Si pasamos del 48 por ciento de chicos escolarizados al 70, bien podemos plantearnos a que todos estén dentro de la escuela en 2016. En el nivel primario tenemos dificultades en lo que uno podría llamar calidad en términos amplios. Hay una repitencia que no queremos. También hay mucho abandono. Por supuesto, la repitencia te lleva a un estado de sobre edad. Y esa secuencia te lleva al abandono por desgaste, por falta de expectativas y por frustración.

¿Los trece años de escolaridad obligatoria no deberían estar ya cumplidos?

Sí, pero nunca anunciamos en el Gran Rex trece años. Lo tomó mal una agencia de noticias y fue reproducido por varios medios. Hay que chequear la información. La ley nacional, incorporando la obligatoriedad de la secundaria, pone trece años de obligatoriedad. Simplemente transmitimos ese esfuerzo del plan para poner a todos los de cuatro años adentro. En la secundaria tenemos un problema. Tenemos una tasa de cobertura alta para la Argentina, que es una de las más altas de la región junto con Chile, pero el problema es que en el ciclo superior hay un mayor abandono. Hay que trabajar en sostenerlos en la escuela, que lo estamos haciendo. Toda la secundaria tiene planes de mejora, que son docentes por más horas para ayudar a los chicos en sus estudios. Que haya 54 millones de libros tiene que ver con la calidad educativa, las 2,3 millones de neetbooks en la secundaria tienen que ver con mejorar la secundaria pública.

El Ministerio quiere que haya diez días más de clase que ahora, ¿no puede atentar contra eso la enorme cantidad de feriados?

No, porque hay una suerte de equilibrio. Cuando asumimos los 180 días de clase no eran un valor. Primero, nos pusimos el objetivo de los 180, que nos costó cumplirlo, pero para no cumplirlo lo primero que tenés que hacer es tratar de cumplirlo. Si no te pones la meta de los 180 días no es un valor cumplirlos. Prácticamente todas las provincias llegaron a los 180 días de clase. El año pasado hubo problemas en Buenos Aires. El año anterior, problemas graves en Santa Cruz. Pero eso no impide que se hayan cumplido en la mayoría de las provincias. Como se venían cumpliendo los 180, los ministros empezaron a plantear: “¿Por qué no empezamos a pensar en calendarios que tengan 190 días?”. Esa fue una meta a tender, dice la norma, a calendarios con 190 días. El calendario 2013 tiene 190 días en su pretensión, y el año pasado varias provincias llegaron. La clave es más años de escolaridad, más días de escolaridad y más horas de escolaridad. Vamos a multiplicar por dos las escuelas primarias de jornada extendida. Nunca dejamos de reconocer que allí teníamos el objetivo más demorado de los que nos propusimos. Vamos a seguir trabajando para bajar el analfabetismo. De 2,5 lo hemos bajado a 1,9. Nos estamos proponiendo llegar al bicentenario con 1,5. Técnicamente, menos de dos puntos se considera un país libre de analfabetismo. Las provincias del norte, que en general eran las que venían más rezagadas, hicieron un gran esfuerzo el último tiempo. El Norte Grande tuvo mejoras evidentes en el rendimiento.

Lo que se arregle en la paritaria nacional será la pauta a seguir por todas las provincias en materia salarial. Usted dijo que 30 por ciento de aumento será imposible de pagar, y que muchas provincias no podrán con un 25%. Entonces, uno puede inferir que la suba salarial será menor al 25 por ciento...

Todavía no está definido, pero por supuesto que será menor del 25 por ciento. La paritaria nacional no construye el salario que los 900 mil docentes van a buscar al cajero. El salario que reciben es un salario que construye cada una de las provincias.

El cometido de la paritaria nacional es fijar un mínimo. Néstor Kirchner había pensado que no podemos poner techos, sí se puede poner piso. Nadie puede ganar menos de $710, decíamos cuando arrancó esto. Ese piso hoy está en $2.800 y por supuesto va a traspasar los $3.000. Pero es un piso que ordena el salario mínimo del docente maestro sin antigedad jornada simple. Es un cargo testigo, lo cobra el seis, siete, ocho por ciento de la Argentina. El resto gana más. Ahí hay un error en entender la naturaleza de nuestra paritaria. Las provincias, en general, tienen arreglos que están por encima de esta paritaria. El destino de esta negociación es ser superada.

Al ser menos del 25 por ciento, ¿no teme que los docentes se pongan en pie de guerra y decidan no empezar las clases?

Puede ocurrir, pero son tensiones con las que tenemos que convivir en democracia. Está claro que una demanda del 30 por ciento es irreal, no está en línea con lo que ocurre en la economía argentina. Nosotros tenemos una mirada en tres direcciones. Primero nuestros propios recursos. El Estado nacional y los Estados provinciales, en este marco de crisis internacional, tuvieron el año pasado menos recaudación fiscal. El segundo elemento es que hay que escuchar las demandas de los gremios, pero como Estado nacional tenemos que tener una tercera mirada, que son las posibilidades fiscales de las provincias. Hay provincias que naturalmente no podrían pagar aumentos de este tipo, quizás alguna sí. Hay provincias que están avanzando. Salta es un caso, que por segundo año seguido arregló salarios prematuramente, y eso siempre es beneficioso. Una gran cantidad de provincias han avanzado, tenemos perspectivas optimistas.

Nosotros tenemos que apurar una definición, a ver si la semana próxima la tenemos, siempre con la expectativa de arreglar.

La Presidenta anunció una suba del 20 por ciento en el piso de Ganancias, que fue rechazada por las cinco centrales de trabajadores. ¿Cómo influye ese impuesto en los docentes?

Algunos docentes están comprometidos en este impuesto, pero en general los gremios docentes han recibido esta elevación del mínimo con beneplácito. Para nosotros ha contribuido a la paritaria. Una de las primeras demandas de los docentes era elevar el piso del impuesto y unos días después la Presidenta hizo el anuncio. Cuando tuvimos una segunda reunión con los gremios, ellos marcaron una satisfacción, aunque siempre es una discusión.

¿Cómo se puede combatir la sensación de que la escuela pública no es buena y que por eso muchos padres mandan a sus hijos a las privadas?

Ambos subsistemas han crecido. No hay un tránsito de la escuela pública a la privada, lo que sí hay es una decisión temprana de la familia de elegir la escuela privada. La decisión temprana responde a varias causas. La calidad que imparte la escuela pública y la privada es muy similar. La escuela pública en nivel secundario tiene que seguir mejorando en términos de una rutina en la que haya clases de lunes a viernes, menos ausentismo de los docentes y a veces los paros pueden conspirar en contra de la salud de la escuela pública.

Esa puede ser una causa que haya motivado en algún lugar específico la inscripción en escuelas privadas.

¿Están escaseando estudiantes en el área de ciencia y tecnología?

Sobre todo en el nivel superior, por eso venimos trabajando en el incentivo a la vocación científico-tecnológica. Las becas Bicentenario son una muestra de esto. Antes habían 4.000 o 5.000 becas y ahora hay 50.000, destinadas justamente a carreras de este tipo.

El 5 de noviembre, en Tecnópolis, la Presidenta presentó un programa integral para que haya más egresos en ingeniería para lograr seguir incrementando la cantidad de egresados en esa carrera, cosa que hemos logrado. Cuando asumimos el Gobierno, había un egresado cada 8.000 habitantes, ahora hay uno cada 6.700 habitantes. El desafío de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner es que haya uno cada 4.000 habitantes, esto es diez mil egresados de ingeniería por año. No estamos tan lejos.

Coincidimos con tu observación, son carreras más difíciles y que requieren más tiempo. La recuperación de las escuelas técnicas ayudará mucho a eso.

 

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