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15 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Cosquín Rock: Pasaron los mitos, quedaron las emociones

Lunes, 11 de febrero de 2013 22:35

Las luces se apagaron. La decimotercera edición de Cosquín rock llegó a su fin y el pueblo cordobés de Santa María despidió a sus huéspedes hasta el próximo año.

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Las luces se apagaron. La decimotercera edición de Cosquín rock llegó a su fin y el pueblo cordobés de Santa María despidió a sus huéspedes hasta el próximo año.

Esos jóvenes que coparon el valle de Punilla emprendieron el regreso a sus provincias esta madrugada y el evento de rock más importante del año pasó a ser tan solo un bello recuerdo que quedará en la memoria de los fanáticos, quienes pudieron ver y ovacionar a un mito viviente y vigente como Charly García, corear a Las Pelotas, emocionarse con el reencuentro de Serú Girán y bailar al ritmo de Los Gardelitos.

Fuera de la calidad musical, el festival sirvió de excusa para que diferentes generaciones disfrutaran de una convocatoria histórica. Dentro del predio, se pudo observar a niños acompañados por sus padres y abuelos bailando y cantando los clásicos de Charly García o de Fito Páez, o de Pedro Aznar, mitos vivientes que arrancaron lágrimas y aceleraron corazones.

Este Cosquín rock dejó muchas cosas para el libro de la historia pero también lo que es mejor olvidar, como el paso por las tablas de Ciro, exlíder de Los Piojos; fue el que más decepcionó a sus viejos seguidores, que terminaron abandonando el escenario principal para probar mejor suerte con Ojos Locos, uno de los conjuntos que viene en ascenso.

La tragedia de Cromañón y la cercana detención de los integrantes de Callejeros también dejó sus huellas y si bien muchos dijeron sentirse identificados con los músicos, otros los directamente los ignoraron.

Miles por miles

Si bien este año, como sucedió en las últimas ediciones, la grilla no tuvo sorpresas ni bandas internacionales de gran nivel, ninguno de los 50.000 asistentes que pisaron el aeródromo de Santa María pareció sentirse defraudado. Seguro que el profesionalismo de la mayoría de los contratados tuvo mucho que ver con ese aire de gratificación que dominó siempre el amplio predio cordobés. Cuesta creer, pero sucede, que un músico al borde de la jubilación como Charly García siga sorprendiendo y ganando seguidores, como también cuesta creer que pese a la adicción a las drogas que tiene Cristian Pity Alvarez, sus letras logren cautivar y emocionar a personas de todas las clases sociales y edades.

En el recuerdo colectivo quedará la interminable caminata hasta el aeródromo, donde se desarrolló el evento; las plazas, los balnearios, los campings y las casas de familia repletas de fanáticos; la actuación de los grupos y el imponente sonido. Pero solo será hasta el otro febrero.

No solo música

En una esquina de la ruta nacional 38 que atraviesa por Santa María de Punilla, malabaristas aprovecharon la mañana de ayer en un semáforo para ofrecer un miniespectáculo a la gorra; en la otra esquina hay un improvisado bar donde suenan Los Redondos y más adelante, los puesteros ofrecen innumerable cantidad de opciones de menú.

Cosquín Rock no solo se trata del festival más federal del país, sino que es el fiel reflejo de las “locuras” que puede cometer un fanático para sobrevivir y ganar unos pocos pesos para luego gastarlos para ver su banda favorita.

“Esta mañana arranqué bien temprano, tipo 9, y espero que a las 17 haya hecho los $100 que todavía me faltan para ir al show de Las Pastillas del Abuelo”, contó José, de la localidad bonaerense de Haedo, quien hacía malabares en un semáforo

Más adelante, se escucha a Las Pelotas y un diálogo que atrae: “Qué bueno estuvo el show anoche, papá” le dice un chico a un mayor en inconfundible tono cordobés. Son José Manuel y Héctor, son los “empresarios” que aprovecharon la casa de su tía Mirta para montar su negocio. “A ella le regalamos el pasaje a Córdoba capital para que vea a su hermana (madre de ambos) y nosotros aprovechamos para hacer unos pesos y de paso ver buenas bandas”, se sinceran.

En ese mismo lugar, un adolescente discute con un “sub 50” sobre cuál fue el mejor día. “Vos decís que te gustó más el viernes porque sos un viejo”, le reclama el menor. “Este mocoso no tiene idea de lo que habla. No vas a comparar el encuentro de Serú Girán o el propio show de Charly con Viejas Locas o La Vela Puerca”, le dice después en tono de consejo.

Esto es Cosquín Rock. Durante el día conviven con total armonía hinchas de Boca y de River; militantes de diferentes partidos políticos; personas de países vecinos sin ser discriminados y diferentes edades.

Pasó la decimotercera edición del festival cordobés, donde observar el alrededor es tan curioso y gratificante como oír una buena melodía horas después en el aeródromo, junto a otras 50 mil personas.

 

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