Inseguridad. Los vecinos del barrio San Benito, ubicado al este de la capital salteña, denuncian estar virtualmente presos, a merced de dos patotas que controlan las calles, la venta de droga y que se enfrentan constantemente destruyendo todo lo que haya a su paso.
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Inseguridad. Los vecinos del barrio San Benito, ubicado al este de la capital salteña, denuncian estar virtualmente presos, a merced de dos patotas que controlan las calles, la venta de droga y que se enfrentan constantemente destruyendo todo lo que haya a su paso.
Desesperados, amenazaron con encadenarse en la comisaría 10 para ser escuchados por el ministro de seguridad Eduardo Sylvester y reclaman con urgencia la creación de un puesto policial para la zona.
La situación se desbordó en la madrugada del domingo, cuando, durante un enfrentamiento entre las patotas La Liga y La Hermandad, ambas con casi 50 integrantes cada una, destruyeron las ventanas y puertas de una casa. Los habitantes de la vivienda debieron esconderse bajo la cama para evitar ser golpeados por las piedras que entraban por las aberturas.
Un grupo de alrededor de 20 damnificados se comunicó con El Tribuno y contó la situación que, aseguran, sufren todos los días: “ Estamos desesperados, ya no sabemos qué hacer, este barrio está dominado por estos sujetos; todos están armados con pistolas, cuchillos y machetes; rompen las puertas y ventanas de nuestras casas, arrojan piedras, se drogan a plena luz del día y nadie hace nada”, dijo una de las vecinas.
Ante el descontrol ayer los jefes de la Unidad Regional 1, Ramón Romero y Angélica Lamas, junto a comisario Castellanos, de Infantería fueron hasta el barrio y se entrevistaron con los residentes.
Ante la sorpresa de todos, aseguraron que cumplen al 100% su labor, que es la de realizar patrullajes preventivos en la zona y de alguna manera se escudaron diciendo que dependen de las directivas que imparten los jueces. Por otro lado, no supieron contestar al reclamo por más personal policial y móviles.
Los integrantes de la comunidad de San Benito, con lágrimas en los ojos pidieron la creación del puesto policial y mayores patrullajes. Las autoridades se comprometieron a trabajar en ello.
Los vecinos aseguraron que la zona esta dividida por la avenida Santos Discépolo, llamada “La Frontera”, que divide los territorios dominados por La Hermandad y La Liga, si los que viven a un lado cruzan al otro, son brutalmente goleados y asaltados por los malvivientes.
Una mujer que no quiso dar su nombre por miedo a represalias dijo que ambas bandas organizan peleas de perros por apuestas.
Todos los damnificados, están trabajando ahora, dijeron a El Tribuno, en la creación de un consejo barrial para unir fuerzas contra estos grupos que actualmente controlan, armados, toda la zona.
Momentos de
suma tensión
Durante la reunión que se llevó a cabo entre los vecinos y autoridades policiales, miembros de las patotas señaladas se pusieron a jugar a la pelota a unos pocos metros.
A pesar de ser señalados formalmente, los malvivientes impunemente seguían jugando, mientras que otros paseaban por la calle, con miradas desafiantes, intentando entender y escuchar lo que sucedía, como así también identificar a los vecinos que estaban reunidos con la policía.
“Estos vienen a ver quiénes son los que hablan; seguro que cuando la policía se vaya van a apedrear nuestras casas; somos totalmente vulnerables; no puede ser que tengamos que vivir de esta manera, ni en nuestras casas estamos seguros”, dijo uno.
Por razones de seguridad, policías de Caballería y la Motorizada se apersonaron al lugar.