El horror en Siria ya es parte de la geografía cotidiana del lugar. Al menos 52 personas murieron ayer por la explosión de un coche bomba en un puesto de control militar en una autopista muy transitada y cercana de la sede del partido gubernamental Baas y de la embajada de Rusia, en el centro de Damasco.
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El horror en Siria ya es parte de la geografía cotidiana del lugar. Al menos 52 personas murieron ayer por la explosión de un coche bomba en un puesto de control militar en una autopista muy transitada y cercana de la sede del partido gubernamental Baas y de la embajada de Rusia, en el centro de Damasco.
El atentado fue perpetrado en el barrio de Al Mazra, en pleno centro de la capital siria, dijo Europa Press.
Según informa en su página de Facebook el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), la mayoría de los muertos son civiles residentes en la zona o automovilistas que pasaban por el lugar, aunque también figuran al menos nueve miembros de las fuerzas armadas.
La televisión estatal había informado poco antes que los muertos ascendían a 35 y los heridos eran más de 200, entre los cuales figuran varios alumnos de un colegio.
La agencia oficial siria Sana, por su parte, precisó que el estallido se produjo en una zona “densamente poblada” y atribuyó la acción a grupos “terroristas”, como denomina el gobierno a los rebeldes que combaten contra el presidente sirio, Al Assad.
Según fuentes policiales, el atentado fue provocado por un conductor suicida. Además de esta explosión, en el suburbio damasceno de Barze estallaron otros dos coches bomba cerca de edificios de seguridad, aunque hasta ahora se desconoce si hay víctimas, según informó el OSDH.
Estos ataques se producen después de que en los últimos días distintos proyectiles impactaran en la capital contra la ciudad deportiva de Tishrin, lo que causó la muerte de un futbolista, junto a uno de los palacios presidenciales de Al Assad.
Islamistas chechenos
El mismo Observatorio denunció ayer que “en la guerra civil en Siria combaten también yihadistas procedentes del Cáucaso”.
El organismo menciona un video publicado hace unos días en el que se ve a un grupo de hombres armados, algunos de ellos enmascarados. Uno de ellos, que habla ruso, es identificado como el “emir Omar, el checheno de la Brigada de Emigrantes”.
Su segundo al mando se presenta como Abu Musab y ambos explican que viajaron a Siria para “ocuparse de que en el futuro rija aquí la Sharia (ley islámica)”.