Italia todavía no tenía un ganador claro ayer tras su jornada electoral, lo que provocó un fuerte descenso en los principales mercados bursátiles del mundo, ante el temor de los inversionistas de que una de las mayores economías de Europa sea incapaz de formar una coalición gobernante, que pueda llevar adelante las impopulares medidas de austeridad.
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Italia todavía no tenía un ganador claro ayer tras su jornada electoral, lo que provocó un fuerte descenso en los principales mercados bursátiles del mundo, ante el temor de los inversionistas de que una de las mayores economías de Europa sea incapaz de formar una coalición gobernante, que pueda llevar adelante las impopulares medidas de austeridad.
Un día después de que concluyó la votación, todavía había algunos escaños en el Parlamento sin definirse, porque se aguardaba la llegada de los votos del extranjero, pero se sabe que son insuficientes para destrabar el virtual estancamiento.
Los líderes europeos exhortaron a los políticos de Italia a que formen un gobierno rápidamente, con el fin de que continúe implementando reformas para disminuir la elevada deuda del país y evitar que Europa sufra un repunte de la crisis financiera. Si los partidos italianos no logran formar una coalición gobernante, se requerirían nuevas elecciones, lo que provocaría más incertidumbre y un vacío de poder.
“Lo que es decisivo ahora para Italia, pero también para toda Europa, es que se pueda formar lo más pronto posible un gobierno estable con capacidad para actuar”, dijo el canciller alemán Guido Westerwelle.
Berlusconi, moderado
La alianza de centroizquierda que lidera Pierluigi Bersani consiguió el 29,5% de los votos, lo que le otorga la mayoría absoluta en la Cámara de los Diputados con 340 escaños.
Pero en el Senado sumó 120 bancas y la centroderecha de Silvio Berlusconi 117, lo que supone la ingobernabilidad en esta cámara, ya que nadie tiene la mayoría.
Por eso, Berlusconi fue el primero que aludió a posibles alianzas para garantizar al menos algunas reformas necesarias al pedir a los partidos políticos “sacrificios para poder gobernar el país”, descartando la posibilidad de convocar a nuevas elecciones. “No creo que sea útil en esta situación”, respondió sobre la conveniencia de celebrar nuevas elecciones. Y agregó que “todos tienen que reflexionar” y que “las alianzas en el Senado llevarán su tiempo”.
Bersani salió al ruedo
El líder del centroizquierda italiano, Pier Luigi Bersani, afirmó ayer que asume la responsabilidad que le han otorgado las urnas como la coalición más votada y anunció que propondrá al Parlamento un plan de Gobierno con una serie de reformas.
En su primera comparecencia pública, Bersani reconoció el rechazo a la política tradicional que se puede leer de estas elecciones y dijo ser consciente del “dramatismo” y los “riesgos” que existen para Italia.
Bersani enumeró una batería de medidas que llevaba en su programa electoral y que pretende llevar al Parlamento como fundamentos de su posible programa de gobierno, como la reforma educativa y una nueva ley de partidos, entre otras.
“Estamos ante el episodio más difícil y es necesario un mecanismo de defensa moral y económica. Nosotros, los progresistas, seremos un punto de referencia. Es necesario alguien que lleve el timón y yo me propongo”, dijo.
La opinión
Saldrá de la crisis, pero a la italiana
Por, FLAVIO PALACIOS. El Tribuno
Es la cuarta economía de Europa, nada menos, la que tiene hipotecado su futuro.
Es que el resultado electoral fue una cachetazo tan grande, tanto para los políticos tradicionales como para las reformas impuestas por la troika del FMI y compañía, que resonó ayer en todos los mercados financieros del planeta.
En Asia y Europa los índices descendieron entre dos y tres puntos, salvo el de Milán que cayó un horrible 4,87%.
Y es que Italia no es Grecia. Y aunque en octubre pasado se haya reflotado y amarrado el euro como moneda común del eurogrupo, la incertidumbre política desatada en la península ha hecho reaparecer los viejos fantasmas en el no menos Viejo Continente.
Esos fantasmas tienen que ver con la posibilidad de que el gobierno que salga ungido en Italia “patee el tablero” de las reformas y la austeridad impuestas por Alemania y sus socios ricos del norte europeo.
Es que nadie en Roma puede hacerse el desentendido del mensaje del electorado, que impulsó como tercera fuerza política al Movimiento 5 Estrellas, creado por el cómico Beppe Grillo, que hizo campaña denostando a la política tradicional y a los políticos.
El Movimiento de Grillo fue, además, el partido más votado en solitario. Las coaliciones de izquierda y derecha lograron imponerse gracias a la suma de voluntades y papeletas.
Hay que confiar en que Italia saldrá del atrolladero con las mismas peleas de siempre, tal vez con las mismas declaraciones altisonantes de los mismos líderes, pero finalmente entrando por el aro de la cordura y mirando hacia un futuro de la eurozona como su única opción. Saldrá, pero a la italiana.