Un inusual incidente sacudió la paz de la feligresía de un templo religioso cristiano de esta capital, al desencadenarse poco antes de dar comienzo la santa misa una pelea de grandes proporciones entre dos mujeres.
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Un inusual incidente sacudió la paz de la feligresía de un templo religioso cristiano de esta capital, al desencadenarse poco antes de dar comienzo la santa misa una pelea de grandes proporciones entre dos mujeres.
Sucedió al pie del mismísimo altar y ante un auditorio colmado de fieles, que habían asistido a rezar por el éxito de la acción pastoral del papa Francisco, tal como él mismo lo solicitara en su primer discurso poco después de su asunción en el Vaticano.
Según la denuncia policial, la pelea ocurrió la tarde del sábado, pasadas las 19, en la vicaría del barrio San Benito, donde dos mujeres dirimieron diferencias con golpes, insultos y amenazas, hasta ser calmadas y retiradas del recinto sagrado por fieles y por el azorado cura párroco.
La fuente policial relató a El Tribuno que el incidente se produjo cuando una mujer de unos 35 años y residente en la zona, cuya filiación fue imposible conseguir por fuentes oficiales, se disponía a ascender al altar mayor de la vicaría para dar comienzo a la lectura de los Santos Evangelios. Imprevistamente surgió en escena otra mujer, quien con claro acento español y con violencia inusitada comenzó a recriminarle a la asistente del cura párroco una serie de cuestiones personales, sazonadas con amenazas incalificables que enmudecieron al auditorio de fieles, los que a pesar del escándalo permanecieron incólumes hasta el final del incidente, algunos de ellos solo por curiosidad.
El incidente en la vicaría fue muy comentado en la mañana del domingo en la zona este de la capital salteña.
La denunciante aseguró en sede policial que la mujer fuera de sí, luego de amenazarla, impidió que diera curso a la lectura de la palabra de Dios, tomándola del brazo y haciéndola bajar del altar, ante la atenta mirada de quienes habían asistido al servicio religioso.
Abajo se produjo un conato de violencia cuya descripción quedó sólo en las retinas de los asistentes y de la víctima. Aunque en la denuncia no se mencionan lesiones sobre la mujer censurada en dar lectura a los Santos Evangelios, quien teme a futuro por su integridad física.
En su denuncia, la víctima sugirió como testigos a todos los asistentes a la misa, informó una fuente policial.
Poco después de que la asistente de la vicaría radicara la denuncia policial, la policía logró identificar a la mujer que provocó el escándalo en el templo.
Se trata de una religiosa oriunda de España, perteneciente a la congregación de las Hermanas Misioneras de María, que dio como domicilio actual en la provincia la basílica de San Francisco.
La identidad de la supuesta agresora no trascendió de fuentes oficiales, que aseguraron que se mantendrá en reserva hasta que se sustancie el acta preventiva que se labró por el delito de supuestas amenazas.
En tanto, son dispares los comentarios acerca de los móviles que dispararon el incidente.