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Nora Dalmasso: la mujer que muere todos los días

Sabado, 23 de marzo de 2013 23:40

El 26 de noviembre de 2006 la ciudad de Río Cuarto, popularmente llamada El Imperio del Sur, amanecía conmocionada por la muerte de una mujer en el exclusivo barrio de Villa El Golf. La víctima, Norita como la llamaban sus conocidos, era en realidad Nora Dalmasso, de 51 años, perteneciente a una familia muy conocida de la ciudad, casada con Marcelo Macarrón, un médico traumatólogo y madre de dos hijos, Facundo, estudiante de Derecho en esos momentos, y de una adolescente de 15 años, que se encontraba entonces en Estados Unidos. El marido de Nora se hallaba en Punta del Este, con un grupo de amigos, también de Río Cuarto, participando de un torneo de golf.

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El 26 de noviembre de 2006 la ciudad de Río Cuarto, popularmente llamada El Imperio del Sur, amanecía conmocionada por la muerte de una mujer en el exclusivo barrio de Villa El Golf. La víctima, Norita como la llamaban sus conocidos, era en realidad Nora Dalmasso, de 51 años, perteneciente a una familia muy conocida de la ciudad, casada con Marcelo Macarrón, un médico traumatólogo y madre de dos hijos, Facundo, estudiante de Derecho en esos momentos, y de una adolescente de 15 años, que se encontraba entonces en Estados Unidos. El marido de Nora se hallaba en Punta del Este, con un grupo de amigos, también de Río Cuarto, participando de un torneo de golf.

Hallazgo macabro

El cuerpo de la mujer fue encontrado en la habitación de la hija, sobre la cama, desnuda, con signos de haber tenido relaciones sexuales, con golpes en el rostro y con el cinto de su bata enrollado fuertemente en el cuello.

Nora había sido vista por última vez el viernes 24 de noviembre. Al no responder los llamados telefónicos de sus conocidos decidieron entrar a la casa. Un vecino que tenía la llave de la vivienda, aparentemente entregada por Marcelo Macarrón, el marido de la víctima, ingresó, revisó los ambientes y vio que todo estaba en orden, hasta llegar al dormitorio de la hija del matrimonio, donde se dio con un espeluznante espectáculo: el cuerpo sin vida y en proceso de descomposición de la dueña de casa, Nora Dalmasso.

A partir de entonces, la cantidad de hipótesis para explicar el crimen fueron numerosas, al punto que su propio hijo fue imputado en el causa por “abuso sexual y asesinato de su madre”, algo que de acuerdo a los dichos del abogado del joven, Marcelo Brito, estaba totalmente traído de los pelos, ya que no había nada que lo vinculara, incluso ni siquiera había estado en Río Cuarto.

En el medio de toda la conmoción hubo un detenido, que la comunidad bautizó “perejil” y que por presión la Justicia terminó liberando: el pintor Gastón Zárate, quien recién fuera sobreseído definitivamente en 2011.

Una vida complicada

Norita tenía, como gran parte de las personas aunque no lo reconozcan, una doble moral. Por un lado, era la esposa de un prestigioso traumatólogo y madre de dos jovencitos y, por otro, una mujer que tenía más de un amante. Tal vez por eso el fiscal de la causa se inclinó en un primer momento por la hipótesis de un “amante asesino”, con lo cual se dedicó a la pesquisa de conocer “quién era” y no se detuvo en cuáles fueron los móviles del crimen.

Se comenzaron a estudiar los perfiles genéticos encontrados en la escena del crimen y así aparecieron los de los Macarrón, su hijo, su esposo, e incluso su suegro. La tarea del fiscal Javier Di Santo fue cuestionada siempre por débil y acotada.

¿Por qué mataron a Nora?

El abogado Enrique Zabala, defensor de Gastón Zárate, el pintor “perejil” como lo llamaron los riocuartenses, piensa que el caso Dalmasso sigue impune “porque no hubo una línea clara de investigación; esto le restó credibilidad al proceso y quienes podían aportar algo no lo hicieron, no confiaron o no se animaron a quedar expuestos. Lo hablaban en los bares pero al fiscal le decían otra cosa”, apuntó. “El fiscal Di Santo no pudo determinar con claridad el hecho. Si fue un homicidio con una relación sexual consentida, si fue espontáneo o premeditado. La investigación de una multiplicidad de móviles y de hipótesis, que podría considerarse una fortaleza, pasó a ser un defecto de la investigación, el propio fiscal debilitó todas las hipótesis”, analizó. Para el abogado Zabala, el homicidio de Nora “fue preparado, no hubo relación ni ataque sexual, no intervino un amante porque hubiera surgido de las llamadas, ella no esperaba encontrarse con nadie, por eso salió y estuvo con amigas hasta tarde, y el asesino la esperó y la mató dormida, por eso el cuerpo no tenía signos de defensa”.
Por otro lado, el abogado querellante que representa a la familia Macarrón, Marcelo Brito, sostiene que sobre la víctima había un pelo púbico que no pertenecía a la víctima y que nunca se estudió. Lo concreto es que después de seis años no hay detenidos en la causa. No se conoce todavía cuál fue el móvil.
La misma sociedad se ocupó de juzgar a Nora por su vida privada, seguramente muy similar a tantas otras, antes que de buscar quién terminó realmente con su vida.

Al final, ¿quién es la víctima?

Como el perfil genético de Facundo Macarrón, hijo de Nora, estaba en la escena del crimen también cayó bajo sospecha, al punto de ser imputado por el delito gravísimo de haber abusado sin acceso carnal y asesinado a su madre. Marcelo Brito, el abogado de Facundo, dijo: “Hubo una atomización de la investigación y faltó trabajo en equipo... Me parece increíble que tengamos tantas pruebas y no pueda haber un sospechoso. No puedo pensar en que esto sea fruto de la corrupción. El fiscal Javier Di Santo es honesto pero fue incompetente en este caso”.
El joven finalmente fue sobreseído en octubre de 2012 y, de acuerdo a lo trascendido, se constituirá en querellante en la causa.

Datos llamativos

El marido de Norita, Marcelo Macarrón, en una actitud que puede ser catalogada de cínica y hasta cobarde, lo único que se encargó de repetir hasta el hartazgo era que la “perdonaba” (por sus infidelidades), como si de eso se tratara. Aquí no estaba bajo investigación la vida íntima de Nora; lo que se tenía que investigar era quiénes y por qué la mataron... algo que parece nunca se sabrá.

ADN de 2 desconocidos

El FBI, que se tomó más de dos años para analizar las muestras de ADN, descartó a Facundo Macarrón como sospechoso, pero encontró en la sábana en que estaba apoyado el cuerpo de Nora, los perfiles genéticos de dos personas, que no son ninguna de las 28 que fueron investigadas. El final sigue abierto... ¿Será este un caso más de impunidad?
 

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