La práctica de yoga puede tomarse como un deporte, pero en realidad es una disciplina que beneficia tanto a la mente como al cuerpo. Su práctica ayuda a tener una mejor concentración. Un importante componente del yoga es que la persona se focaliza en el presente. Y su práctica regular mejora la coordinación, la memoria e incluso los niveles de coeficiente intelectual. Las personas que acompañan las posturas físicas con la meditación demuestran una mayor habilidad para resolver problemas y recordar información. El silencio interior que se obtiene con la meditación calla los pensamientos perturbadores y estresantes, y eso termina siendo muy saludable.
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La práctica de yoga puede tomarse como un deporte, pero en realidad es una disciplina que beneficia tanto a la mente como al cuerpo. Su práctica ayuda a tener una mejor concentración. Un importante componente del yoga es que la persona se focaliza en el presente. Y su práctica regular mejora la coordinación, la memoria e incluso los niveles de coeficiente intelectual. Las personas que acompañan las posturas físicas con la meditación demuestran una mayor habilidad para resolver problemas y recordar información. El silencio interior que se obtiene con la meditación calla los pensamientos perturbadores y estresantes, y eso termina siendo muy saludable.
También tiene un efecto rejuvenecedor. Brinda mayor flexibilidad en las articulaciones y elongación de músculos. Mejora la flexibilidad general del cuerpo y es un workout completo para todos los grupos musculares. Ayuda a mantenerse joven y vital. En su lucha contra el deterioro que llega con el envejecimiento natural, el gurú antiage doctor Andrew Weill recomienda esta práctica y asegura que en las mujeres mayores también mejora la estabilidad y el balance, previniendo las caídas tan comunes a esa edad, asociadas con la osteoporosis, ya que el peso se distribuye mejor y ambos pies lo soportan por igual.
En lo estético, ayuda a verse mejor. Aumenta la belleza al mejorar la figura y la postura. El yogui Swami Sivananda, un maestro oriental de esta disciplina, asegura que practicando regularmente ciertas asanas, las mujeres y los hombres adquieren una figura de mayor belleza y elegancia y que sus practicantes ganan una luminosidad en la cara y en los ojos, y un peculiar encanto en su sonrisa.
La elongación promueve además la alineación de la espina dorsal, otorgando una mejor postura y gracia al caminar. Algunas asanas regulan las hormonas e incentivan la vida sexual.
También permite dejar la soledad.
Propicia la práctica comunitaria. Aunque se puede practicar a solas en el hogar y muchos yoguis eligen ese camino, otros prefieren formar parte de un grupo para seguir las enseñanzas de un profesor. Esto conlleva a realizar una actividad comunitaria y ese ejercicio se transforma en el mejor enemigo de la soledad. Su práctica mejora también la autoestima y permite estar en armonía. Se desvanecen los pensamientos asociados a la depresión y crece el buen ánimo que lleva a disfrutar el intercambio de experiencias con el mundo exterior.
Contra el estrés
Reduce el bloqueo en las arterias coronarias. No solo los problemas genéticos o la mala alimentación forman placas en las arterias coronarias. Se ha descubierto que el estrés emocional crónico colabora en la formación de estas placas bloqueando estas arterias y reduciendo el volumen de sangre que llega al corazón. El yoga es el método antiestrés más eficaz jamás inventado. Mediante las diferentes posturas hace que la sangre fluya y también la adelgaza, ayudando a disminuir la incidencia de los infartos al evitar los coágulos.
Ayuda a respirar mejor. Las técnicas de respiración y la relajación que produce su práctica frecuente permiten liberar a la gente del estrés y de la necesidad de tomar medicamentos por enfermedades asociadas a él, como el asma. El aire frío puede ser también disparador de ataques de asma, pero el yoga promociona la respiración por la nariz, filtrando el aire y calentándolo, reduciendo así el nivel de impurezas que puedan entrar a los pulmones. También alivia dolores premenstruales y regula los intestinos. No solo se ha demostrado que esta práctica es una terapia efectiva para reducir el dolor crónico, especialmente de espalda, se sabe que también alivia otros dolores.