Educación de la Provincia dispuso suspender ayer las clases en la escuela de La Puntana, población en su mayoría aborigen de la etnia wichi, una de las cinco que habitan el municipio de Santa Victoria Este. El pueblo tiene alrededor de 3.000 habitantes, en el límite con Bolivia y Paraguay. Y fue en esa escuela que la presidenta Cristina Kirchner, en 2009, lloró al abrir el ciclo lectivo.
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Educación de la Provincia dispuso suspender ayer las clases en la escuela de La Puntana, población en su mayoría aborigen de la etnia wichi, una de las cinco que habitan el municipio de Santa Victoria Este. El pueblo tiene alrededor de 3.000 habitantes, en el límite con Bolivia y Paraguay. Y fue en esa escuela que la presidenta Cristina Kirchner, en 2009, lloró al abrir el ciclo lectivo.
En el último enfrentamiento del martes la violencia se repitió y quedaron detenidos siete dirigentes aborígenes, que ayer comenzaron a declarar a las 11 ante el juez de Instrucción 2, Fernando Mariscal Astigueta. Momentos después fueron liberados. El problema surgió cuando uno de los 10 caciques del lugar, Marcos Lucas, fue despedido de su función de auxiliar docente bilinge.
El jefe de Policía Marcelo Lami brindó una conferencia de prensa y explicó que el martes último alrededor de 50 personas ingresaron con machetes pidiendo la reincorporación de Lucas. Lami expresó que los hechos violentos fueron encabezados por ese cacique, sobre el que caía una orden judicial de detención, acusado de “coacción agravada, lesiones y daños calificados”. Según una fuente de la Policía local, Lucas estaría prófugo de la Justicia.