En Salta, con el mismo entusiasmo que en el 8N

Eran menos, pero con el mismo entusiasmo. Los salteños que anoche fueron a la plaza Güemes frente a la Legislatura para sumarse al cacerolazo nacional no lograron igualar la enorme convocatoria que consiguieron el 8 de noviembre del año pasado. Sin embargo, el incesante resonar de silbatos, ollas, sartenes, latas, botellas plásticas y cualquier otro objeto que hiciera ruido fue tan contundente como en la cita anterior.
A las 20 los presentes eran menos que los esperados, y algunos de los presentes quisieron justificar la menor convocatoria en cuestiones de organización. “Es que en las redes sociales llamaban para las ocho, pero los radicales andaban diciendo a las ocho y media; era un lío”, se quejó un participante, aparentemente frustrado con el número de asistentes.
Sin embargo, con el paso de los minutos más gente se fue acercando a la plaza, muchos de ellos apurados, como quien llega tarde a una función o al trabajo.

Eran menos, pero con el mismo entusiasmo. Los salteños que anoche fueron a la plaza Güemes frente a la Legislatura para sumarse al cacerolazo nacional no lograron igualar la enorme convocatoria que consiguieron el 8 de noviembre del año pasado. Sin embargo, el incesante resonar de silbatos, ollas, sartenes, latas, botellas plásticas y cualquier otro objeto que hiciera ruido fue tan contundente como en la cita anterior.
A las 20 los presentes eran menos que los esperados, y algunos de los presentes quisieron justificar la menor convocatoria en cuestiones de organización. “Es que en las redes sociales llamaban para las ocho, pero los radicales andaban diciendo a las ocho y media; era un lío”, se quejó un participante, aparentemente frustrado con el número de asistentes.
Sin embargo, con el paso de los minutos más gente se fue acercando a la plaza, muchos de ellos apurados, como quien llega tarde a una función o al trabajo.

La fiesta de los carteles

Algunos de los presentes que también estuvieron frente a la Legislatura en el 8N comentaron a El Tribu no que veían menos carteles, pero se preocuparon por remarcar que también había muchas más banderas argentinas. Excepto un pasacalles de los empleados del Poder Judicial de la Nación, no hubo ningún tipo de identificación gremial, social o partidaria, pese a que varios dirigentes políticos estuvieron en la protesta.
Las pancartas de los participantes no ahorraron creatividad. Estaban los formales, que demandaban “división de poderes”, “defendamos la Justicia” o “Justicia independiente”. Pero también otros mucho más descontracturados, como uno en el que se veía a un ladrón con una pancarta que decía: “Basta de competencia desleal”. No faltaban los indignados que rezaban “con la Justicia no se jode” o “basta de mentir y robar”. Y se destacaban por su profundidad uno que decía “Malditos aquellos que con sus palabras defienden al pueblo y con los hechos lo traicionan” y otro que advertía, amenazante, “los vamos a juzgar”. El Gobierno provincial recibió su cuota de crítica en los carteles con un sencillo texto: “Kristina = Urtubey”.
Aunque los diferentes grupos estaban algo dispersos, llamaba la atención el entusiasmo de los presentes. La mayoría se sumaba rápidamente a las consignas que proponían los más activos.
“Se siente, se siente, Salta está presente”, improvisó un hombre joven desde unos parlantes montados en la caja de una vieja camioneta, y decenas de manifestantes se plegaron a su propuesta.

Himno y movilización

La protesta alcanzó su punto más alto a las 21, cuando todos los presentes entonaron el Himno Nacional que terminó en un encendido aplauso. Le siguieron, entusiastas, el grito de “Argentina, Argentina”, y varios “¡Viva la patria!”.
De forma casi espontánea, alrededor de las 21.10, la gente comenzó a caminar por calle Mitre hacia la plaza 9 de Julio. La marcha generó grandes problemas en el tránsito, aunque a los manifestantes pareció no importarles. Apenas llegaron al principal paseo de la ciudad se detuvieron sobre calle Caseros, frente al Cabildo. Tras algunos cánticos como “si este no es el pueblo, el pueblo dónde está”, la protesta se mantuvo viva por unos minutos, antes de una desconcentración sin incidentes.